El aceite de jojoba bio se caracteriza por venir bien a pieles de todo tipo. Salvo posibles casos de intolerancia por alergia o hipersensibilidad a la jojoba, por otro lado raros, es un aceite vegetal amigo de la belleza y la salud, siendo un gran aliado para la piel y el cabello.
De hecho, el aceite de jojoba bio se utiliza incluso para calmar las irritaciones de la piel producidas por alergias. Su contenido en ácido mirístico, con acción antiinflamatoria, además de hidratar en profundidad.
Menos impacto ambiental
Su aplicación en el rostro tiene un efecto equilibrador, puesto que equilibra la acidez de la epidermis. Se trata de un remedio muy efectivo para regular la secreción sebácea de pieles mixtas y grasas, al tiempo que hidrata la piel seca.
Igualmente, se trata de un aceite idóneo para aportar elasticidad a la piel, con lo que también ayuda mejorar el aspecto de la piel normal, especialmente de aquellas más envejecidas.
Aunque no hemos de tener demasiadas esperanzas puestas en su posible efecto antiarrugas, lo cierto es que su aplicación regular puede ayudar a desmaquillar con suavidad y también a prolongar el aspecto juvenil de la piel, actuando de preventivo.
Su uso en el cabello también aporta hidratación, tanto en puntas, en el cuero cabelludo (con efecto reequilibrante) como en el cabello en su conjunto. Aplicaremos dando masajes regulares, insistiendo sobre todo en las zonas más frágiles o secas.
Además de su aplicación específica, sin otros ingredientes, podemos utilizarlo para elaborar leches corporales, aceites desmaquillantes, aceites de masaje, champús y mascarillas capilares o, por ejemplo, utilizarlo como ingrediente en la elaboración de jabones caseros.
Por último, la conservación del aceite o de los cosméticos que lo contengan deben guardarse en un lugar fresco y seco. Sobre todo, debe estar en un envase cerrado y lejos de la luz, pues de otro modo perdería buena parte de sus propiedades.