Hay quien saca luz del humo, y no al contrario. Al menos, en este caso no puede negarse que la idea es meritoria y, echando un simple vistazo a esta vajilla biodegradable bautizada como Foodscapes, parece que el resultado también.
Concebida por el estudio italiano Whomade y la diseñadora Michela Milani, la colección es compostable o biodegradable gracias a su pensada composición, libre de sustancias artificiales y realizada con desperdicios de comida reciclada.
Con respecto a su composición, hay que aclarar que si bien se han utilizado sobras de comida, no se trata de una pasta en la que haya un totum revolutum de comida tirada a la basura, tal cual. En realidad, se ha seleccionado un sólo resto, como la cáscara de maíz o la piel de zanahoria con el objeto de lograr una apariencia más homogenea en cuanto a color y textura.
Se diluye en agua
En concreto, el desecho en cuestión se mezcla con almidón de patata y el resultado es un material con el que se trabaja dándole la atractiva y práctica forma de una semilla, como puede verse en las fotos.
Al estar libres de aditivos, colorantes, espesantes, correctores y demás químicos o artificios, pueden ser compostados tras utilizarse en cualquier circunstancia, si bien son perfectos para una comida al aire libre, en plan picnic.
Por último, Foodscapes está diseñado para contener alimentos secos, por aquello de su composición biológica y, por lo tanto, por su absorbencia, impidiendo tomar en ellos sopas y demás comidas con salsas abundantes, por ejemplo.
¿Pero, por qué tendrá forma de semilla? Es fácil adivinarlo si tiramos del hilo a partir de su filosofía. Tal y como explica Milani, la vajilla está diseñada para encajar en la lógica de los ciclos naturales. De este modo, tiene la forma de semilla ya que, una vez utilizada, se puede disolver en agua y utilizar para abonar la tierra. “De la semilla al fruto, y del fruto otra vez se convierte en una semilla que vuelve a la tierra”, concluye.