Ahorrar dinero con gestos ecológicos cotidianos


El ahorro y el gesto ecológico van de la mano en innumerables ocasiones, aunque tener una actitud verde casi nunca viene motivada por ese menor dispendio económico. Puestos a ser verdes, por lo tanto, no está de más conocer algunos trucos que mimarán tanto de nuestra cuenta corriente como el medio ambiente.

Por un lado, es cierto que muchos productos ecológicos son más caros simplemente porque está de moda ser ecofriendly, pero precisamente por ello hemos de intentar salvar este obstáculo y aprovechar otras ventajas que también conlleva el hecho de que lo verde sea tendencia. Un ejemplo son las líneas ecológicas que algunos hipermercados añaden a sus productos de marca blanca.

Para merecer un mínimo de confianza por nuestra parte, hemos de mirar que sean productos que garantizan los estándares ecológicos marcados por organismos serios, como el certificado ecológico europeo. Adquirirlos mirando el precio, es decir, comparando el coste con el de otros productos no ecológicos que solemos consumir pueden salirnos a cuenta.

Ahorro en el hogar

Además de los consabidos ahorros de agua y energía que nos regala una actitud eco-responsable, ya sea cerrando el grifo mientras nos cepillamos los dientes, previniendo el vampirismo energético -con dispositivos especiales, apagando aparatos, evitando el modo de espera o utilizando regletas de luz- o, sin ir más lejos, haciendo un uso ecológico del ordenador.

Son innumerables las ideas que podemos poner en práctica para ir llenando la hucha, más allá de la típica sustitución del coche por el transporte público, la bici o el famoso coche de San Fernando, o bien mediante la instalación de una iluminación de bajo consumo. Eso, sin olvidar la gran inversión que supone construir nuestra casa con materiales sostenibles de gran durabilidad, desde aislamientos que luego serán un buen ahorro en sistemas de climatización (calefacción y aire acondicionado), hasta sistemas de reciclaje y recolección de agua pluvial o de iluminación natural.


Cultivar un pequeño huerto orgánico en el balcón o jardín también es una interesante manera de fomentar el producto local, que en este caso será el nuestro, con el ahorro que supone en transporte y demás. Además del bolsillo, nuestra salud lo agradecerá.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *