Su diseño sorprende, divierte y al mismo tiempo resulta elegante. No en vano, Lumio es un modo muy poco convencional de entender la forma que puede llegar a adoptar una luz de bajo consumo energético para uso doméstico.
Por un lado, podemos decir que Lumio es una lámpara portátil y compacta con aspecto de libro que se convierten en una lámpara cuando se despliega como un abanico o, si se quiere, como una nívea cola de pavo real imaginada. Es entonces, al abrirse, cuando nos proporciona la iluminación.
Se trata de una luz suave, que crea ambientes acogedores, por lo que tiene un sinfín de posibilidades decorativas en muy distintos entornos (jardines, mesas, pequeños espacios dentro de las estancias, en los dormitorios, etc.). Tal y como dice su inventor, el diseñador industrial Max Gunawan, la intención es «crear un objeto que muchas personas puedan utilizar en su vida diaria».
Camaleónica y funcional
Más allá de lo curiosa, incluso insólita que resulta, la lámpara Lumio busca ser práctica, ante todo. Además de plegarse, es decir, además de ser fácilmente transportable y guardable en un cajón, pongamos por caso, sus usos son muy variados.
La creatividad es parte de su misma esencia. Nos sirve como lámpara de mesa, un aplique de pared, de techo, o, si estamos cerca de ella, como una funcional luz de lectura. ¿Y, cómo encenderla? Sencillez al máximo, de nuevo, pues logramos encenderla sólo con abrir y cerrar la tapa, sin más. No precisa enchufes, por lo que tiene total autonomía gracias a una batería recargable de iones de litio de larga duración, que permite ocho horas seguidas de iluminación. Eso sí, si te gusta no podrás comprarla, al menos por ahora, pero su comercialización se prevé en breve.
