Las ciudades crecen hacia lo alto. Los rascacielos son parte del paisaje de casi todas las ciudades del mundo, del norte y del sur, en países pobres y ricos. Pero los edificios no son los únicos que pueden aprovechar todo ese espacio libre. Ya conocemos los jardines verticales que se pueden ver en algunas fachadas, pero ¿por qué no hacer que estos jardines produzcan, por qué no hacer una agricultura vertical? Imaginad todas las verduras y hortalizas que se podrían cultivar en las fachadas de los rascacielos.
La agricultura vertical se calificó como uno de los mejores inventos de 2009. Puede producir hasta veinte veces el volumen normal de los cultivos convencionales. Además, tiene otras ventajas. Las plantas se colocan unas sobre otras en rotación, lo que ahorra agua energía y espacio.
Al estar en las grandes ciudades, tienen mucho más cerca los principales mercados, así que se ahorraría mucha energía y dinero en transportar los alimentos. Además, los alimentos se entregarían más frescos, ya que casi no tardarían en llegar a los centros de distribución.
En las próximas décadas, la agricultura mundial se enfrenta al problema del cambio climático y al desafío de alimentar a una población global que no para de crecer, actualmente en torno a un 1,3% cada año. A este ritmo, se puede duplicar la cantidad actual de 6.500 millones en 2063. Hay que añadir el dilema aún no resuelto de usar muchos campos cultivables para producir biocombustibles. Está claro que hay que comenzar a idear nuevas e imaginativas soluciones para proporcionar alimentos a las regiones con déficit alimentario. La ecuación es sencilla (y siniestra): la población mundial crece, pero el suministro de alimentos y el agua potable disminuyen.
Hay que hacer un mejor uso de la tierra disponible y de espacios que, hasta ahora, no se han usado para cultivar productos comestibles. Un concepto alimenticio de la arquitectura para crear sociedades sostenibles. ¿Una utopía?
Muy bien los jardines en altura ya que economizan espacio y aumentando la cosecha. Héctor.