La bicicleta, una manera fácil y barata de moverse en vacaciones


Normalmente relacionamos los viajes vacacionales con grandes caminatas o con medios de transporte de cualquier tipo, normalmente excluyendo las bicicletas. Sin embargo, las bicicletas son perfectas para recorrer ciudades, caminos rurales o cualquier otra ruta que deseemos descubrir.

Estar fuera de casa no implica renunciar a la bicicleta, y no me refiero a cargarla en el maletero o en el tren, ni mucho menos a llegar a nuestro destino pedaleando. Todo lo contrario, la idea es aprovechar la bicicleta como un instrumento de relax y descanso durante la estancia completa o esos días dedicados a ir a algún lugar lejano o a patear la ciudad de arriba a abajo.

Si encontramos una casa de alquiler de bicicletas o, todavía mejor, un servicio público, podemos hacer tours turísticos de lo más relajantes. Pedalear tranquilamente es una manera de recorrer grandes distancias sin necesidad de acabar rendidos, con los pies cansados y el cuerpo dolorido por andar de un lado para otro durante horas.

Hay ciudades que incluso programan tours guiados en bicicleta, una manera genial de aprender mucho sobre el lugar en compañía de otras personas, que resulta perfecto para tener una primera idea de una ciudad a partir de la cuál programar luego salidas a lugares que nos hayan parecido interesantes.

Una manera fácil de moverse

Frente al transporte público, las bicicletas son una maravillosa manera de ir a nuestro aire, sin estar pendiente de horarios, de andar subiendo y bajando, sin olvidar el coste superior al final de un día en plan turístico.


Por lo tanto, bien sea dentro de programas de visitas guiadas o alquilando por nuestra cuenta una bici, el viaje en grupo o en solitario puede convertirse en una experiencia distinta, cómoda y realmente inolvidable.

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