Hay que ser muy ingenuo para no darse cuenta de que el desarrollo sostenible en las grandes empresas multinacionales no es otra cosa que otra forma distinta y original de hacer publicidad, de autopromocionarse (lo que no significa que no se generen beneficios para el medio ambiente, aunque sea algo secundario). Pero Coca-Cola, una de las empresas más preocupadas por su publicidad y que ha conseguido que muchos de sus anuncios se hagan famosos en todo el mundo, ha decidido dar una vuelta de tuerca más al asunto y, no sólo hacer publicidad verde, sino que la propia publicidad sea verde.
Lo que ha hecho Coca-Cola es diseñar un nuevo cartel de publicidad exterior, esos enormes paneles colocados en las calles de las ciudades y a los lados de las carreteras donde se anuncian las marcas. El diseño muestra la silueta de una botella de la conocida marca de refrescos, como no podía ser de otra forma, pero esta silueta está perfilada con hojas de una planta llamada Carmona (también conocida como té de Fukien).
El cartel mide casi veinte metros de ancho por otros veinte de largo y cada una de esas hojas de té es capaz de absorber casi unos seis kilogramos de dióxido de carbono por año, por lo que todo el anuncio puede librar de más de veinte toneladas de CO2 a la atmósfera cada año.
Además, para que el diseño sea absolutamente ecológico, las plantas se han colocado en macetas elaboradas con botellas de Coca-Cola reutilizadas (un total de 3.600), que además son convenientes por su poco peso, y se riegan a través de un sistema de riego por goteo, que ahorra en el gasto de agua. El cartel es fruto de la colaboración entre Coca-Cola Filipinas y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Aunque sea publicidad de la publicidad, hay que aplaudir la medida. ¿Y si se diseñaran así toda la cartelería exterior? ¿Y si se colocaran esas plantas en las fachadas de los grandes rascacielos?