En el Día Mundial de la Energía, 14 de febrero, se celebra esa relación de amor-odio que tiene la humanidad con ese recurso básico que es la energía, y que hemos utilizado desde tiempos prehistóricos, si bien de forma creciente con el devenir de los tiempos.
Sin ella, qué duda cabe, no podríamos vivir tal y como lo hacemos ahora. Y, sobre todo, la energía es imprescindible para el desarrollo y crecimiento económicos, independientemente de que los recursos sean o no renovables. Desgraciadamente, hoy sigue resultando más barato recurrir a los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), al menos dentro del modelo de energía que prima este tipo de energía, siempre en menoscabo de las renovables.
Las industrias y la economía en general depende de ella. También lo hace nuestro entorno más inmediato, desde la iluminación de las calles, la señalización y luces en carreteras, aeropuertos, hasta el mismo combustible de los aviones, vehículos, el agua caliente, la calefacción, la luz y el funcionamiento de electrodomésticos en nuestros hogares, en establecimientos públicos y en todas partes. No en vano, la energía es el interruptor con el que encendemos o apagamos el mundo, nuestro mundo.
Consejos para un uso eficiente
Como consumidores, la calidad de vida y el confort de todos y cada uno de nosotros depende de ella, por lo que los hábitos de consumo sostenibles son claves. Mientras el día 21 de octubre celebramos el Día Mundial del Ahorro de Energía y el Día Mundial de la Eficiencia Energética el 5 de marzo, el 14 de febrero es una fecha idónea para celebrar nuestro amor al planeta mediante la adopción de medidas de uso eficiente.
A continuación, damos cuatro consejos que son claves para ahorrar energía fácilmente a diario, y sin perder confort, lo que respresentará un ahorro considerable en la factura energética. El último de ellos, el número cinco, es el más importante, y pide tu compromiso como ciudadano:
1 Evita los «consumos fantasmas»: El «consumo fantasma», también conocido como «energía vampiro» es un derroche innecesario que se produce cuando mantenemos los aparatos en stand by. Eliminarlo será un modo rápido y fácil de reducir en consumo de energía hasta en un 10 por ciento. Será fácil lograrlo desconectando los electrodomésticos y dispositivos del enchufe, ya sea directamente, mediante un temporizador o colocando una regleta con interruptor, lo que nos facilitará el trabajo. Además, no enciendas los aparatos eléctricos si no vas a utilizarlos o, lo que es lo mismo, desconecta aquellos que vas a dejar de usar durante un tiempo.
2 Ahorra energía en el transporte: Usa el transporte público siempre que puedas y, por supuesto, idealmente apuesta por un estilo de vida activo prescindiendo de vehículos a motor. En pequeños desplazamientos opta por la bicicleta tradicional o eléctrica, los patines, el coche de San Fernando. Y, en todo caso, si tienes ocasión, comparte tu coche con tus compañeros de trabajo.
3 Aprovechar luz natural: Una buena medida, fácil y rápida de conseguir un ahorro energético sin perder calidad de vida. Todo lo contrario, la luz natural será mucho mejor que la mayor parte de la iluminación artificial. Sacar el máximo provecho a la luz solar significa tanto aprovechar las horas de luz siempre que sea posible, como cambiar el mobiliario de una estancia o redistribuir la casa, acercando las mesas o muebles estratégicamente a la ventana o mantener persianas abiertas o, por ejemplo, pintar las paredes de colores claros.
4. Vigila la climatización: El gasto de electricidad depende en buena parte del uso que hacemos de la climatización en verano, con el aire acondicionado, y también en invierno, con el uso de la calefacción, al margen de que una casa aislada nos ayudará tremendamente a minimizar ese gasto. Para hacer un uso más eficiente cuando el calor apriete, conecta el aire acondicionado a una temperatura de 25 grados centígrados. Cada grado que disminuya la temperatura estará consumiendo un 8 por ciento más de energía. Y en invierno no subas de los 20-21 grados, y por la noche bastará con los 16 grados. En ambos casos, si estamos mucho tiempo fuera de casa es mejor mantener los aparatos totalmente apagados.
5. Como ciudadano, reclama soluciones: Los gestos eco-amigables son sinónimo de ahorro y cuidado del entorno, pero no es suficiente si de veras queremos un cambio de de modelo energético que realmente sea sostenible, que sólo llegará si se aplican soluciones estructurales que sean realmente efectivas.