La polución plástica que sufre el mar es un grave problema no sólo para el ecosistema marino sino también para la salud de nuestro planeta, pues de él depende en buena medida el equilibrio natural de la Tierra, además de estar en juego nuestra alimentación. ¿Pero, cómo detenerla? Si bien es cierto que la situación es responsabilidad de los grandes contaminadores y de la falta de políticas, también lo es que la colaboración ciudadana puede hacer una gran diferencia.
Así es, esos gestos cotidianos que se suman, que van haciendo un camino lento pero hacia adelante, y finalmente, podrían lograr no sólo que se produzcan menos plásticos y, al mismo tiempo, también que fuesen menos los que acabasen en el mar, sino también cambiar la cultura social sobre la peligrosidad de este material. Idealmente, la concienciación ciudadana tiene la llave para acabar con el problema, esencialmente como consumidor, ya que como votantes resulta más difícil tener en control y, en suma, cambiar las cosas.
Yendo a lo práctico, detener esta fuente de contaminación, su aumento exponencial, es posible poniendo en práctica gestos sencillos de forma cotidiana, como los cinco siguientes:
1. Usa menos plástico: Evita las bolsas de plástico todo lo posible, ya sea optando por las bolsas reutilizables de plástico, bioplásticos o, todavía mejor, de tela. También será de gran ayuda reducir los envases plásticos a la hora de hacer la compra, tanto en lo que respecta a alimentos como a cualquier otro tipo de artículo. No siempre será fácil, pero hacerlo en la medida de lo posible es ya un gran paso.
2. Separar la basura: Reciclar el plástico es un modo de evitar que acabe en el océano, pues su continua reutilización forma parte del ciclo del reciclaje, lo que supone un tratamiento ecológico de este residuo altamente contaminante. Aunque, en realidad, no todos los contenedores que recogen plástico acaban sirviendo para su recilaje, pues no siempre se realiza por cuestiones políticas, básicamente. Sin embargo, tu gesto es el adecuado, el resto no depende de ti, si bien como ciudadano puedes exigir a tus políticos que lo hagan o participar y apoyar a grupos ecologistas que lo hagan.
3. Mantener las playas limpias: En las playas suele acumularse una gran cantidad de basura, sobre todo plásticos. Botellas de bebidas, de lociones solares, colchonetas, salvavidas, bolsas y un sinfín de envases de material plástico son un desecho peligroso que a menudo acaba tragándose el océano. Sé cuidadoso en este aspecto y pondrás tu granito de arena para que la costa no acabe siendo un vertedero que las olas vayan limpiando.
4. Cuidado con las bolsas con asas: Si usas bolsas de plástico con asas y vas a tirarlas a la basura o encuentras alguna en la playa, rompe las asas, pues así evitarás que los animales puedan engancharse. Son muchos los que quedan atrapados y acaban teniendo malformaciones o muriendo, directamente. Lo mismo ocurre con las mallas plásticas en forma de círculos que sirven para sujetar latas de bebida.
5. Predica con el ejemplo:Estar concienciado sirve para cambiar hábitos cotidianos y convertirlos en rutina, por lo que esos mismos gestos son a su vez una manera fácil de convencer a los demás sin tener que hacerlo con la palabra. Hacerlo de forma natural es la mejor manera de convencer.
Solo la conciencia ante este tipo de problemas puede animarnos a poner en práctica gestos como los señalados. No esperes a que la sociedad te lo dé todo hecho, pon de tu parte, da ejemplo y estarás haciendo una doble labor para preservar nuestro entorno, pues servirás de inspiración a quienes te rodean y reducirás tus desechos, en este caso para salvar los océanos para futuras generaciones.