Unos sencillos consejos y unos cambios fáciles de implementar pueden ayudarnos a ahorrar agua de riego en un pequeño jardín, huerto o para regar las plantas de casa, desde las que tenemos en el balcón o alféizar de la ventana hasta las de interior.
Independientemente de cuántas sean plantas que hayamos de regar, para un riego eficiente lo importante es una planificación inteligente y recurrir a determinados métodos eco-amigables para no acabar despilfarrando el agua.
No vamos a insistir en lo importante que es aprovechar cada gota de agua. Es una lección que todos sabemos, pero demostrar con hechos que estamos dispuestos a pasar a la acción es ya mucho más complicado. Precisamente por ello, nos centraremos en buscar soluciones para pasar a la acción. Para que, en suma, el riego no suponga un gasto de agua innecesario.
De hecho, cuidar un jardincito o mantener un huerto urbano no tiene por qué significar un importante gasto de agua. Ni tampoco, obviamente, hay que descuidarlo o renunciar a él por ahorrar agua. Tener en cuenta la necesidad de un riego verde y hacer lo posible por conseguirlo es la clave del éxito.
Bien hechas las cosas desde un punto de vista ecológico, el jardín será una reserva de flora y fauna local, un pequeño pulmón verde con un balance de carbono positivo, pues se convierten en sumideros de CO2, al tiempo que atraen biodiversidad. Y, en todo caso, a la hora de regar es posible llevar a cabo riegos con agua de lluvia o reciclada, con lo que el resultado será aún más en favor del entorno.
Jardín cuidado sin derrochar agua
A continuación, veremos cinco ideas que funcionan para ahorrar agua de riego. Su implementación puede ser conjunta, si bien aplicar alguna de ellas ya supondrá una gran diferencia. Como ocurre en tantas ocasiones con los gestos verdes, la actitud es casi más importante que el resultado, ya que garantiza una aplicación a más largo plazo y, además, cuando hay interés siempre se puede mejorar.
1. Recoger agua de lluvia: Ya sea mediante barriles de agua de lluvia en la fachada o en el balcón que se alimentan del agua que llega de las bajantes o utilizando cisternas e incluso cubos mondos y lirondos, conseguiremos reducir el gasto de agua. Si buscamos la mejor manera de lograrlo tengamos en cuenta el nivel medio de precipitaciones y las necesidades de riego para planear cuántos barriles, cisternas (también las hay flexibles) u otros métodos de recolección de agua necesitamos para cubrir parcial (lo más habitual) o totalmente las necesidades de riego.
2. Jardines hidropónicos: Aunque la hidroponía es un cultivo en sustratos distintos de la tierra y utiliza agua para diluir los nutrientes, también puede suponer un gran ahorro del líquido elemento gracias a su continuo reciclaje mediante su purificación. A la hora de practicar la hidroponía podemos darle un uso ornamental u orientarla al cultivo de vegetales.
3. Diseño del jardín: La elección de los distintos tipos de plantas y su disposición es esencial para ahorrar agua. Por ejemplo, las plantas autóctonas pueden vivir más fácilmente sin necesidad de riego extra, pues están habituadas al clima, y si plantamos en otoño recibirán más agua de lluvia que si lo hacemos en los meses más cálidos. Además, podemos agrupar las plantas en función de sus necesidades de riego, descartar el césped, proteger el jardín del viento (reseca las plantas), crear zonas sombreadas para minimizarlo o, pongamos por caso, elegir plantas resistentes a la seguía, como cactus, higueras, aloes, palmeras, entre un largo etcétera.
4. Riego por goteo: Instalar el riego por goteo no solo es una gran comodidad sino también un ahorro de agua significativo. Frente al riego por aspersión o el riego con manguera, no cabe duda de que el riego por goteo es más eficiente.
5. Recicla el agua: El reciclaje de agua usada para otros usos domésticos es otra opción interesante. Para ello necesitamos un sistema automatizado eficiente, como un generador de ozono o similares.