Esta cabañita no es, precisamente, un lugar secreto en el bosque donde refugiarse o aislarse del mundanal ruido. Porque discreta, lo que se dice discreta, no podemos decir que lo sea. Más bien al contrario, primero por su increíble tamaño, sin olvidar que la insólita construcción se autodenomina «la casa del árbol más grande del mundo».
Así es como la define Horace Burgess, el creador de este casoplón, un paisajista de 56 años reconvertido en reverendo, tan excesivo en sus declaraciones como las enormes dimensiones que ha adquirido su proyecto. Por cierto, lo de excesivo no viene a cuento por aquello del nombrecito, pues muy probablemente su tamaño sea de récord mundial, sino por otras perlas que, como buen predicador, suelta este hombre.
Ni corto ni perezoso ha dicho, por ejemplo, que recibió un mensaje divino anunciándole que no iba a tener problemas para encontrar la madera, que finalmente no le ha caído del cielo, pero casi, pues los lugareños le han ido regalando maderas sobrantes. Así ha sido como ha conseguido construir esta mansión de más de 30 metros de alto con no más de 12.000 dólares y sus conocimientos de carpintero aficionado.
Un cementerio de madera
A los pobres diez árboles sobre los que se levanta la casa les ha tocado la peor parte de esta historia y apuesto a que deben estar preguntándose por qué le ha tenido que tocar justo a ellos esta penitencia. No porque hayan pecado, vaya tontería, sino porque la cruz que ahora cargan es en realidad una iglesia y quizás así estén purgando sus flaquezas, es decir, no haber tenido piernas con las que salir pitando.
Para más desgracia, si las toneladas de madera donadas fueron una bendición para el cura, seguro que estos diez la considerarían una auténtica maldición. Y la razón es muy sencilla: el cementerio de madera que les han colocado encima y al lado les tapa el sol. Ahora tendrán que intentar zafarse como puedan. Si observas la fachada, ya hay ramas por fuera que buscan el sol desesperadamente. Y los árboles de al lado tamboco estarán muy contentos…
Por lo demás, dejando al margen que su popularidad atraerá en masa a fieles y curiosos a un entorno natural, esta casa armoniza con la naturaleza. Al menos, en lo tocante a estar construida con madera reciclada donada por las mismas personas que, por cierto, ahora están encantadas con el resultado, si bien la obrá no está acabada del todo. ¿Y a ti, te gustaría visitarla? Puedes hacerlo cuando quieras, sólo has de acercarte a Crossville, en Tennessee (Estados Unidos). Como iglesia que es, sus puertas están abiertas a todo el mundo, dice Burgess.
genial esta pagina me encanta lo del reciclaje mas la madera, hierro y papel.
Hola Ana : )
Puesto que te gusta el reiclaje de madera, te recomiendo este post para dar una segunda vida a las viejas escaleras: https://ecologismos.com/ideas-para-reutilizar-viejas-escaleras-de-madera/
Un saludo y gracias por comentar.