Cuando una escultura se hace con material reciclado y, además, toma forma de tigre, una animal en grave peligro de extinción, el resultado es tan simbólico y magnífico como ha ocurrido en esta ocasión. Ahí lo tenemos, un colosal tigre fabricado completamente con madera reciclada, adoptando la postura del típico caminar felino.
La gigantesca obra la firma Gabor Szoke, pero tiene algo de comunitario, pues hay que tener en cuenta que cobró vida durante el Hello Wood, un campamento de arte celebrado en Hungría que reunió a dos centenares de jóvenes diseñadores y arquitectos para la realización de distintos proyectos, entre ellos éste.
De hecho, los participantes en el evento estuvieron ayudándose unos a otros para conseguir sacar adelante sus respectivos proyectos, elegidos en función de las características e idionsincrasia de las disintas regiones del país en las que iban a estar ubicados.
La escultura del tigre, como el resto de obras salidas del encuentro, intentó conectar con algún aspecto de la actividad socioeconómica húngara y, ello derivó en obtener el patrocinio de la mayor empresa comercial de madera del país. Afortunadamente, esta empresa también promueve la arquitectura ecológica y ambientalmente consciente, por lo que sólo hubo que dejar volar la imaginación para dar salida a decenas de kilógramos de restos de maderas recuperadas.
El resultado fue el maravilloso tigre de madera que parece querer abalanzarse sobre los coches que atraviesan la pequeña carretera junto a la que se ha ubicado. El cesped de un verde reventón y el entorno natural, arbóreo incluso, que le rodea, recuerda a las selvas que constituyen su hábitat natural y que están deforestándose de forma alarmante. Junto a la caza, la destrucción del hábitat es uno de los principales problemas que amenazan la supervivencia de la especie.