Tan solo el año pasado en España, se podía encontrar en el mercado pequeños y grandes electrodomésticos con un peso global de casi 352.000 toneladas, a lo que se suman más de 22.500 toneladas de equipos de informática y de telecomunicaciones y más de otras 7.400 de juguetes y equipamiento deportivo y de ocio, según datos del Ministerio de Industria. Unos productos que, una vez ya no se emplean o se estropean, se convierten en residuos, pero que contienen materiales reutilizables por un valor que Naciones Unidas a cifrado en alrededor de 55.000 millones de dólares. ¿Pero cómo se reciclan? ¿Qué hay que hacer si se tiene uno en casa?
Puntos de recogida
El reciclaje de este tipo de productos puede variar en función de su tamaño y composición. En general, cuando no se va a comprar un nuevo producto, la mejor opción es depositarlo en un punto de recogida de la red de gestores autorizados de RAEE, que está distribuida por toda España.
No obstante, en algunos casos, si se va a comprar un producto nuevo, el vendedor puede optar por recoger el dispositivo o aparato electrónico antiguo, sin que esto suponga ningún coste adicional para el comprador.
Esta opción de recogida en el punto de venta siempre es obligatoria para los grandes distribuidores, que deben recoger aquellos aparatos o dispositivos que no superen los 25 centímetros de tamaño. Una recogida que es también gratuita y que no va vinculada a la compra de ningún otro aparato o dispositivo. La obligación incluye recoger los productos tanto de clientes como de no clientes.
Segunda vida
Además de la recogida en estos puntos, también hay otras alternativas. Muchas veces se prescinde de algún aparato porque ya se ha quedado obsoleto a pesar de que funciona. Sin embargo, se puede dar a familiares o amigos que no les importe tener lo último en tecnología o electrónica y a los que les vendrá bien seguir utilizándolos.
También se pueden intentar vender en el mercado de segunda mano a través de tiendas que compran diferentes productos, que luego ellas venden de nuevo. Así, además de reciclar, se puede obtener una ganancia económica, que dependerá del aparato y del modelo en cuestión.
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