Los aceites esenciales, idealmente procedentes de la agricultura biológica, son un recurso natural que podemos aprovechar de mil y un modos en el hogar. Nos ayudará a sentirnos mejor, a ambientar nuestra casa, a higienizarla y a darle usos cosméticos muy distintos.
En este post vamos a dar una visión general que nos ayude a dar un uso cotidiano a los aceites esenciales, ya sean de frutas, flores o hierbas de cualquier tipo. Al margen del tipo de aceite que elijamos, veremos algunos de sus principales usos.
Ideas para usar los aceites
Su uso como ambientador es el más socorrido, aquel que solemos tener en mente los neófitos en el tema. Sin embargo, dan de sí mucho más, y de hecho será usarlos y encontrar nuevos usos en el momento más inesperado.
Su aplicación a modo de perfume también es una buena alternativa a las colonias convencionales. Bastará con aplicar una gotita o dos en la yema de los dedos y aplicarlos en los lugares estratégicos, desde el cuerpo hasta las sábanas, ropa o accesorios… O, si lo preferimos en forma de spray, mezclémoslo con agua y agitemos con fuerza antes de cada aplicación.
Los masajes con aceites esenciales también son muy interesantes. Por lo general, no se aplican directamente, sino añadiendo unas cuantas gotas a un aceite vegetal o a una crema hidratante, pongamos por caso.
La cosmética natural les da un protagonismo importante, pero tengamos en cuenta que no todos los aceites esenciales se pueden aplicar directamente sobre la piel. Corremos el riesgo de irritarla, salvo en algunos casos, como es el aceite esencial de manzanilla, de árbol de té o de lavanda.
Por otra parte, informémonos sobre las propiedades curativas de los aceites esenciales y démosles uso a nivel estético y también terapéutico. En ocasiones es posible compatibilizar ambos beneficios, además de aprovechar sus delicados aromas.
Ahuyentar mosquitos de forma natural será fácil usando aceite esencial de ecucalipto en un difusor y el aceite esencial de pachuli mantendrá a raya a las polillas en los armarios. Igualmente, nos ayuda a acabar con el moho, para lo cual haremos una mezcla de agua, un chorrito de vinagre y diez gotas de árbol de té.
La limpieza del hogar es otro de los usos más interesantes de los aceites esenciales. Nos serán muy útiles tanto para aprovechar sus propiedades (el limón como desengrasante, desinfectante y bactericida, por ejemplo) a modo de refuerzo a la hora de hacer fórmulas caseras como para dar un toque aromático a esos mismos limpiadores.
Si queremos elaborar un limpiador multiusos nos serán de gran ayuda. Añadamos en una botella con pistola 250 ml de agua, un chorrito de vinagre y de 5 a 10 gotas de aceite esencial. Son muy efectivos y agradables el de limón o lavanda.
Incluso podemos añadirlos a los detergentes que adquirimos o a la misma lavadora para que la colada huela sutilmente a nuestra fragancia favorita. Por ejemplo, unas gotas de aceite esencial de árbol del té, de extracto de pomelo o de lavanda, pongamos por caso, sería idóneo durante el lavado a mano o a máquina.
Son suficientes 3 ó 4 gotas de aceite esencial para una carga de ropa, sin miedo a añadirlas en agua caliente. De hecho, los mismos aceites esenciales son resultado de una destilación al vapor al punto de ebullición del agua, con lo que no alteramos sus propiedades.
Por último, si bien se disuelven con dificultad en el agua. Ya se sabe, agua y aceite casan mal, pero el mismo movimiento de la lavadora los transforma en gotitas minúsculas que resultan efectivas. En realidad, la mayor parte de ellos desaparecerán pero quedará ese suave aroma que buscamos, sin resultar molesto.