Son cortinas inspiradas en la Naturaleza, pero pensadas para adornar y ser útiles en espacios interiores. Concretamente, las ha ideado el diseñador británico Benjamin Hubert y se han estrenado repara dividir en distintas zonas el recinto en el que se celebró la última edición el Festival de Diseño de Londres, uno de los más relevantes del mundo.
El resultado ha sido impactante, no sólo por revelarse como una gran alternativa a los materiales opacos como la chapa u otros, sino por sus grandes posibilidades decorativas para su aplicación en entornos más reducidos, como pueda ser un establecimiento hostelero o, por qué no, un domicilio.
Para su diseño, Hubert se ha inspirado en ese caos ordenado que puede apreciarse en el entorno natural. Como puede apreciarse viendo el resultado, se ha dejado hechizar por las conocidas secuencias de Fibonacci que siguen diferentes árboles en la disposición de sus ramas.
Más luz y menos basura
Con su uso se ha ganado en luminosidad y se ha conseguido una decoración que propicia sensaciones positivas en el visitante a la feria, al tiempo que se ha ahorrado toda la basura que hubiera generado otro tipo de materiales divisores.
Su posible reutilización en forma de cortinas o de estructuras tridimiensionales (en 3D) adaptables a las distintas necesidades, además, convierte en estos divisores de espesor variable en una apuesta por un mundo más bello sin renunciar a un planeta más verde. Pero no del todo. Lo único que hay que mejorar, y no es poco, es el material del que están hechas sus piezas. ¿Qué tal si se busca un material más ecológico que el polipropileno, un tipo de plástico, al fin y al cabo?