Curiosidades prácticas sobre las bolsas de plástico

Curiosidades bolsas plastico
Hablar de curiosidades relativas a las bolsas de plásticos parece complicado. Es un objeto cotidiano, del que creemos saberlo todo, máxime si además buscamos su lado práctico. Sin embargo, siempre hay aspectos curiosos que además de ser más o menos insólitos pueden resultar útiles a la hora de utilizarlas, desecharlas o, pongamos por caso, decidir qué tipo de bolsa utilizamos.

En este post daremos un repaso a algunos aspectos prácticos que, al mismo tiempo, pueden cambiar nuestros hábitos como consumidores y ciudadanos responsables con el medio ambiente de uno u otro modo. Por ejemplo, a pesar de los intentos de concienciación de los medios, todavía hay muchas personas que creen que las bolsas de plástico son un simple desecho que se reciclaje, sin más, cuando en realidad provoca graves impactos en el entorno.

La bolsa, un problema ambiental

Eso sí, los efectos dependen mucho de cómo la desechemos. No será lo mismo arrojarla a la basura que hacerlo en cualquier otro lugar, y ni siquiera cuando acaba en un contenedor amarillo (destinado al plástico) podemos tener la certeza de que va a reciclarse, pues a pesar de nuestro esfuerzo a la hora de separarlo, no siempre se hace.

Por lo tanto, la moraleja o enseñanza práctica es bien clara: si no queremos contaminar el medio ambiente, prescindamos de las bolsas de plástico lo máximo posible, pues aunque el plástico se recicla, lo cierto es que no tenemos la seguridad de que ello vaya a ser así.

Curiosidades sobre bolsas plastico
El reciclaje tampoco es la panacea. Tengamos en cuenta que además de ser un tipo de basura muy dañina para el medio ambiente cuando no se recicla, su producción también dispara su huella de carbono, con emisiones que no ayudan, precisamente, a detener el avance del cambio climático.

Igualmente, evitemos dejar la bolsa tirada en cualquier lugar (en el campo, en la calle, en la playa), ya que pueden acabar ahogando a un animal. Ocurre muy a menudo con la fauna marina, al confundirla con comida o también herir y matar a animales, algo que ocurre a menudo con las bolsas de asas (es importante cortar las asas antes de tirarlas, incluso a la basura). En cifras, alrededor de 100.000 animales marinos mueren cada año por estas causas.

Reducir, reciclar, reutilizar

Así es, el plástico no es esa solución para todo de los tiempos modernos. No, al menos, si queremos preservar el planeta. Por lo tanto, habrá que buscar alternativas o, como mínimo, aprender a usarlo lo menos posible y a reutilizarlo y reciclarlo, es decir, a aplicar las tres famosas erres de la ecología.

Es curioso, y muy triste, que una bolsa de plástico tenga un tiempo de uso medio de entre 12 y 20 minutos y tarde entre 15 a 1000 años en descomponerse, y para más horror, sus residuos químicos perduran mucho más… A la luz de estas cifras, ¿Realmente vale la pena recurrir al plástico de un modo masivo, tal y como hacemos?

Lógicamente, no, máxime teniendo en cuenta el despilfarro energético que conlleva. Otra cifra que sorprendente: con el petróleo que se necesita para fabricar 14 bolsas de plástico, un coche podría recorrer 1,5 kilómetros, y son cientos de miles de millones de barriles de petróleo los que se usan anualmente para producirlas.

Las bolsas de plástico del supermercado no son necesariamente tóxicas. Si bien es cierto que no conviene usarla si va a estar en contacto con el alimento que nos llevamos a la boca, sí podemos lavarlas y reutilizarlas para almacenar otros alimentos cuya superficie no esté en contacto directo, como las patatas, los pepinos… y, del mismo modo, podemos usarlas para otras cosas. Cortar las bolsas de plástico haciendo ovillos y hacer una bolsa reutilizable tejiéndola a croché o siguiendo la técnica del macramé.

1 comentarios

  1. Hola, me gusto tu artículo.

    ¿Sería posible que me compartieras las bibliografías con las que sacaste esos datos?
    Muchas gracias.

Deja una respuesta