El problema con los microplásticos sigue creciendo. Si en el punto de mira estaban todos los envases plásticos, ahora el listado de los productos que tienen impacto ambiental aumenta con nuevas incorporaciones. Es el caso del césped artificial. Sobre él, alerta un nuevo estudio porque sus microplásticos también contaminan el agua de mares y ríos.
El estudio
La investigación sobre los microplásticos y el césped artificial se ha llevado a cabo por un equipo de científicos de la Unversitat de Barcelona. La principal conclusión es que los microplásticos de este producto se encuentran también de forma masiva en las aguas de mares y ríos.
Por este motivo, se ha pedido a las instituciones que sopesen la instalación de este tipo de césped en centros públicos. Y la petición es importante porque se estima que en la Unión Europea se instalan entre 1.200 y 1.400 campos deportivos de césped artificial.
Y, ¿por qué evitar su instalación? La razón está en que este césped, habitual en campos deportivos, desprende microplásticos que acaban llegando a las aguas de mares y ríos. En concreto, los científicos estiman que suponen el 15% de los plásticos de menos de cinco milímetros que flotan en medios acuáticos.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo ha analizado 217 muestras de agua recogidas en Barcelona y otras 200 en el Guadalquivir. Este estudio detectó que había fibras de césped artificial en el 62% de las muestras del mar y en el 37% de las aguas del río.
La concentración de microplásticos alcanza cifras superiores a 200.000 fibras por kilómetro de cuadrado de superficie marina y hasta 20.000 fibras al día en aguas fluviales. La diferencia entre estos datos se explica por la menor retención de plásticos en los ríos y la acumulación durante años o décadas de fibras de césped artificial en las zonas costeras.
Son datos que, aunque obtenidos en zonas concretas, se podrían extrapolar a otras zonas de España, según explica el equipo de investigadores.
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