La arquitectura ecológica está considerada como una opción de futuro totalmente necesaria y hacia la que deben derivar todas las edificaciones, sobre todo, ante el aumento que se espera de la población en las ciudades. Los datos son claros, según el informe de Tecnalia, se espera que se duplique la población mundial para el año 2050, concentrándose la mayor parte en las ciudades. Hoy en día, los edificios suponen el 33% de las emisiones de dióxido de carbono. Un porcentaje que se puede reducir con la arquitectura ecológica, que tiene aún más beneficios.
Las ventajas
Los beneficios de la arquitectura ecológica son muy claros frente a construcciones convencionales. Diversos informes ponen de manifiesto que los edificios consumen el 40% de la energía y de materiales, que en el caso de la madera se cifra en el 25%.
Unos porcentajes que no se producen en el caso de los edificios que han sido construidos bajo criterios de arquitectura ecológica porque son más eficientes desde el punto de vista sostenible y tienen un mayor aprovechamiento de los recursos, sobre todo, energéticos.
También son construcciones que se convierten en auténticos pulmones verdes en las ciudades, ya que las últimas edificaciones de edificios muestran zonas verdes no solo en los alrededores, sino en las fachadas y dentro de los propios inmuebles.
Los criterios básicos
Por sus ventajas y la necesidad de construir de una manera más sostenible, la arquitectura ecológica ya no es tanto una opción de futuro, sino una necesidad y tendencia en el presente. Pero, ¿qué criterios son los que se están imponiendo y van a seguir siendo claves en los próximos años? La verdad es que hay unos cuantos.
Uno de ellos es construir teniendo en cuenta el clima local para aprovechar las horas de radiación solar para calor e iluminación, aparte de tener en cuenta el viento para sistemas de ventilación naturales o para la propia generación de energía eólica para autoconsumo.
Las energías renovables estarán muy presentes en aquitectura ecológica a través de elementos como techos solares para disponer de electricidad, aparte de calderas de biomasa o biogás para tener calor o agua caliente sanitaria.
Tampoco faltarán sistemas para poder recoger el agua de lluvia y emplearla para, por ejemplo, uso del WC o para el riego de plantas, así como elementos de construcción que sean naturales, reutilizables y de mayor calidad. Serán nuevos materiales de construcción cuyas materias primas procederán del entorno local o de kilómetro cero.
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