A menos que la intención sea hacer el canelo, en otros campos no es nada provechoso reinventar la rueda. Sin embargo, hacerlo en el reciclaje creativo puede dar mucho juego. No lo dudemos, echemos a rodar la imaginación y vayamos directos al reciclaje más original y creativo. Esta vez, será un viaje cero emisiones que promete agradables sorpresas.
Así es, lejos de aumentar la huella de carbono, poner a rodar una rueda rumbo al reciclaje creativo aligerará la nuestra, al tiempo que nos ofrecerá interesantes soluciones para decorar la casa y el jardín o, por ejemplo, para crear divertidos juguetes que encantarán a los niños.
Las ruedas son versátiles, pueden transformarse en los más dispares objetos, y servir tanto para su uso dentro como fuera de casa, en el jardín, en la terraza, en el porche o en cualquier estancia interior. Ya se utilicen solas o junto con otras y estén más o menos customizadas, con un poco de imaginación y buen gusto el resultado será decorativo, funcional y muy personalizable.
Dentro de casa
Si nos centramos en el interior de nuestro hogar, las ruedas son idóneas para hacer taburetes o, por ejemplo, la base de una mesita auxiliar o una más alta si apilamos más varias. Su superficie puede ser desde un cristal a la medida como una chapa recortada también según el diámetro de la rueda.
Además de pintarlas, bien de un sólo tono o cada rueda de un color (quedan muy decorativos los colores vivos) otra opción consiste en forrarlas con cuerda que iremos enrollando con paciencia, sobre una capa de cola aplicada previamente.
Una rueda de camión sería perfecta como mesita y a su alrededor sería divertido y muy práctico colocar ruedas de coche a modo de taburetes, con o sin respaldo, teniendo en cuenta que otra rueda puede hacer perfectamente esta función. En este caso, lo suyo sería forrarlas con cuerda de sisal, con fundas de tela o simplemente pintarlas. Una idea que también tiene aplicaciones en exteriores.
Además de taburetes y mesas, los viejos neumáticos son una materia prima con grandes posibilidades para hacer desde lámparas y muebles hasta suelos, baúles, contenedores para echar la ropa sucia, para guardar juguetes, y un largo etcétera de objetos.
Darle nuestro toque es el reto. Sólo así conseguiremos personalizarlo realmente, que sea único y, si lo hacemos con idea, también integrarlo en la decoración jugando con telas, los colores elegidos para pintarlos, cojines y cualquier otro accesorio que incluyamos.
En el jardín
Aprovechando que el caucho es un material muy resistente y duradero, que puede mojarse y aguantar todo tipo de inclemencias meteorológicas, podemos sacarle un gran partido en el jardín, balcones y demás espacios exteriores.
Es típico usar ruedas de coche o camión para hacer un columpio o balancín para niños y mayores. Si también tenemos ruedas de bicicleta, sería divertido usarlas para diseñar un vehículo especial suspendido del aire, a modo de columpio, como puede verse en la fotografía que abre el post. Esa misma imagen nos da una divertida idea para convertir media rueda en un balancín para los más pequeños de la casa.
Si queremos crear nuestro propio mobiliario reciclado para jardines, las ruedas son un buen filón. En concreto, hacen un buen maridaje con los palés. Si éstos se transforman fácilmente en mesas o sofás, también lo hacen las ruedas, y su combinación puede dar resultados fantásticos, modernos y originales.
Como macetas son de lo más adaptables para conseguir desde jardineras a ras del suelo, incluso semi enterradas, hasta jardineras de varias alturas o murales. Bastará con rellenarlas con tierra para cultivar vegetales o plantas ornamentales y, del mismo modo que en interiores, pintarlos es fácil y muy decorativo. En estos casos, la pintura ha de ser especial para exteriores.