Esto es lo que se dice sentir la naturaleza a flor de piel, y lo demás son cuentos. Y no, no es que la chica haya estado jugando con su perrito en el jardín y se le enredaran unas hierbas en el collar. En este caso, es más bien al contrario: en realidad, las plantas bien podrían considerarse una mascota.
Fuera bromas, se trata de un collar así de verde y natural, que parece justo lo que es: una moderna cadena de plata en la que está creciendo una plantita. Lo ha hecho desde la misma semilla, por lo que en realidad sí es un ser vivo que nos acompaña, al que poder coger cariño y querer, por lo que podemos admitirlo como mascota, lo mismito que el famoso pulpo del Scattergories .
Sus creadores son los diseñadores Mischer’traxler, asociados con los joyeros Rozet y Fischmeister para crear esta sorprendente línea de joyería verde, que puede crecer en ti mismo. Eso sí, no vale guardarlo en un cajón o joyeros convencionales. Lo echaríamos todo a perder. Si queremos guardarlo por un tiempo o quitárnoslo para dormir, podemos colgarla cerca de alguna ventana o en el mismo balcón, incluso hacernos un pequeño joyero tipo invernadero. Por cierto, sería muy divertido poder trasplantarlas a una maceta convencional una vez adquirieran un tamaño, haciendo con ellas lo mismo que una mamá canguro con sus crías. ¿Pero qué estoy diciendo? Es cierto, sería una completa locura…
El diseño está pensado de forma meticulosa para que de las semillas broten unos tallos y unas hojas que vayan enganchándose por todo el collar, en plan enredadera. Así es como va completándose el collar, que cambia las piedras preciosas por las semillas, con la intención de fomentar el amor por la naturaleza, la ternura hacia el entorno con un diseño sorprendente. El diseño pudo verse en la Semana de Diseño de Viena.