Los pepinos de mar y los erizos podrían tener la clave para conseguir una piel siempre joven


Los pepinos de mar y los erizos de mar pueden controlar o mejorar la elasticidad de su piel mediante el colágeno que generan sus organismos, según afirman científicos británicos que han estudiado los genes de estas criaturas marinas conocidas como equinodermos.

De su trabajo obtuvieron unas conclusiones que permiten albergar esperanzas sobre su potencial cosmético. En concreto, se halló que los genes que codifican péptidos eran capaces de endurecer o ablandar con colágeno, y de forma muy rápica, la pared del cuerpo de los pepinos de mar.

Básicamente, los científicos quedaron maravillados al descubrir la liberación de péptidos por células que le decían a otras células lo que debían hacer, justo algo que supone la regulación de la producción de colágeno. Así, para confirmar sus primeros hallazgos, los científicos analizaron las secuencias de ADN de miles de genes en el erizo de mar púrpura Strongylocentrotus purpuratus y del pepino de mar Apostichopus japonicus y los genes que codifican esas moléculas mensajeras.


Esta investigación podría ser el principio de un descubrimiento que dejara obsoletas las cremas y demás tratamientos antiarrugas del mercado. Pero para llegar a eso todavía queda un largo e incierto camino.

Por lo pronto, los investigadores han de hallar similitudes entre estos péptidos y nuestras hormonas reguladoras de funciones tan importantes como la fortaleza ósea. Casualmente, demostrando que no somos tan distintos a los equinodermos, se halló un péptido en los erizos de mar muy similar a la hormona (calcitonina) que regula la fortaleza de nuestros huesos. En general, el objetivo es encontrar parecidos como éste para hallar las claves del funcionamiento de nuestro organismo con vistas a lograr una piel siempre joven.

Sus autores confían en que esta investigación acabe siendo el fundamento de mejoras importantes para conseguir que la vida de las personas sea cada vez mejor, a ser posible, además, sin menoscabar el entorno.

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