No es la primera luz solar para bicicleta, ni mucho menos será la última, pero bien merece nuestra atención como nueva aportación para una iluminación verde que mejore la seguridad vial. Desarrolladas y también comercializadas por la empresa holandesa Rydon, las luces Pixio son una solución muy interesante para circular por la noche sobre dos ruedas.
Como es sabido, la visibilidad es clave para usar la bici en condiciones difíciles, como cuando llueva, hay niebla, al amanecer, al atardecer o cuando cae la noche. En este caso, además de garantizarse un diseño que intenta evitar roturas, así como el sempiterno problema de las baterías poco durables, también se protege contra posibles robos.
Según explicaciones de la casa, el gadget se puede montar en el cuadro de cualquier modelo de bicicleta, con la idea de que esté siempre listo para usarse y, por supuesto, para que su panel solar vaya cargándose durante el día.
A prueba de robos
La sencillez de montaje, sin embargo, contrasta con un difícil desmontaje para amigos de lo ajeno, ya que dispone de una eficaz correa a prueba de hurto. Y, por último, gracias a una carcasa que lo rodea se protege también contra otro enemigo: la intemperie.
Eso sí, ha de guardarse la bici en un lugar soleado o luminoso o darle al pedal durante el día para que el panel pueda abastecer de energía suficiente a la lámpara LED. Por lo tanto, he aquí un importante inconveniente para ciclistas ocasionales o para quienes tienen la bici a la sombra durante el día. Aún así, hay que reconocer que el invento es interesante por prestaciones, diseño y posibilidad de elegir entre colores muy atractivos, que todo es importante. Mejorable, pero buen invento, al fin y al cabo.