NH reciclará los corchos de las botellas


Algunas marcas de vino están usando tapones de plástico en vez de los tradicionales de corcho. Se abaratan costes, pero para vinos de cierta calidad no es una buena idea. Y tampoco lo es desde el punto de vista medioambiental. La existencia de los alcornocales dependen casi completamente de la industria del corcho.

¿Y se pueden reciclar todos esos corchos, una vez disfrutado el vino? Sí. Y la empresa NH Hoteles ha decidido recoger y reutilizar todos esos tapones de corcho de las botellas que se sirven en sus bares y restaurantes. Esto supone que se van a recuperar, aproximadamente, unos dos millones de tapones de corcho al año.

El proyecto se llama Cork2Cork (corcho a corcho) y gracias a él se va a aprovechar un tipo de desecho que, de otro modo, iría a parar a la basura o, en el mejor de los casos, a alguna ingeniosa manualidad. El corcho, una vez recuperado y reprocesado, puede reutilizarse para elaborar revestimientos y aislamientos para paredes, reduciendo las necesidades de climatización artificial en los edificios.

La cadena NH Hoteles ha llegado a un acuerdo, para llevar a buen fin el proyecto Cork2Cork, con la empresa Amorim, especializada en revestimientos y producción de corcho. Según los cálculos de NH se pueden producir, aproximadamente, dos plantas de hoteles nuevos o reformados. Y, en todo caso, el corcho reciclado también puede emplearse para fabricar numerosos productos, desde aplicaciones para la industria aeronáutica, prendas de vestir o mobiliario ecológico.

Según el director de Ingeniería y Medio Ambiente de NH Hoteles, Luis Ortega, la apuesta de NH Hoteles por los productos de corcho natural es una importante contribución para la defensa de uno de los 35 puntos clave de la biodiversidad en el planeta, en referencia a los alcornocales. Marcel Kies, director de Ventas en Amorim Revestimientos, también ha destacado la imporancia de estos árboles, que han demostrado funcionar como un escudo contra la desertificación, además de retener dióxido de carbono. Los alcornocales de la cuenca occidental del Mediterráneo retienen cerca de 12 millones de toneladas anuales de CO2 y dan trabajo a unas cien mil personas.

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