Dar una nueva vida a una botella de cristal es tan fácil como echarla al contenedor de vidrio. También podemos reutilizarla, es decir, volverla a llenar de cualquier líquido bebible o, por ejemplo, elevarla a la categoría de objeto decorativo al más puro estilo pop art, sin más historias. Sin embargo, muchas hay otras posibilidades para que su reciclaje sea la mar de decorativo y, sobre todo colorido.
En efecto, la pintura es un recurso muy efectivo que nos permite conseguir resultados fantásticos de un modo sencillo. Basta con llenar una botella con pintura para colorearla y lograr un singular efecto, a juego con otras botellas o con los tonos de la habitación donde vayamos a colocarla.
¿Qué pintura podemos emplear? Si tenemos pintura en casa, ya sea de pared o de cualquier otro tipo, puede servirnos para pintarla desde el interior. Es decir, dejaremos caer el líquido dentro de la botella e iremos moviéndola hasta que cubra toda las superficie y vertiendo la pintura sobrante en un cuenco o en otra botella que también queramos pintar. Así lograremos un resultado en cuestión de minutos, con una uniformidad difícil de obtener con el típico pincelito.
Pinturas para cristal
La pintura especial para cristal es otra opción. Las hay de muchos tipos para conseguir distintos efectos, en ocasiones aplicando diluyentes y demás. En cualquier comercio nos informarán al respecto sobre el producto que nos interesa para que podamos realizar nuestras ideas de la mejor manera posible.
Antes de pintar, sea cual sea la pintura utilizada habremos de preparar el vidrio. Si no están especialmente sucias bastará con lavarlas con agua y jabón y secarlas después. Una vez pintado, fijar el color será un mayor problema cuando se pintan exteriormente, cuya solución puede ser desde pasarle un barniz, cola u hornearlas si la pintura lo requiere.