Pintar el tejado de blanco, ecológico y económico

Cubierta blanca
Pintar de blanco los tejados, ya sean con la tradicional forma inclinada o en forma de terrazas, es ecológico. Veamos por qué no solo puede considerarse verde, sino también un ahorro.

El truco no es otro que lo bien que viene el color blanco para ahorrar energía, con lo que tenemos una solución dos en uno: ecológica y económica. Una idea sencilla que pueda hacer una gran diferencia cuando se aplica a nivel masivo. Por ejemplo, en las ciudades, ayudando a reducir el uso del aire acondicionado y también a la hora de usar la calefacción.

Mejor blanco, y con pintura térmica

El resultado será aún mejor si además utilizamos una pintura térmica. Gracias a ella logramos un refuerzo extra que actúa de escudo térmico por doble partida. Por un lado, el color blanco nos ayuda a aislar el interior del inmueble o vivienda, mientras la pintura térmica incide en el mismo sentido, aportando un plus que se traduce en resultados aún mejores.

En las ciudades se consigue reducir la conocida como «isla de calor», expresión con la que se denomina la situación urbana que produce una acumulación de calor producto del uso intensivo de hormigón y otros materiales de la construcción que se caracterizan por su poder de absorción de este calor atmosférico.

Así las cosas, se utiliza más el aire acondicionado, con lo que también se produce un aumento de gases de efecto invernadero. Así pues, el aumento de la reflexión de la energía solar consigue evitar la absorción de calor en verano y se reduce el uso de aire acondicionado. Igualmente, evita la pérdida de calor en invierno.

Todo un invento, sobre todo teniendo en cuenta que a través del techo se pierde el 30 por ciento de la energía en un edificio. ¿Y si pintamos toda la fachada de blanco? Obtendremos el mismo efecto, multiplicado. También es fácil obtener este efecto recurriendo a jardines verticales o sobre cubiertas, así como eligiendo los materiales de construcción a la hora de aislar el hogar. Todo un reto, pero las recompensa bien merece la pena.

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