Primer carril bici solar del mundo

Carril bici solar
Si queremos darnos un paseo sobre dos ruedas por el primer carril bici solar del mundo, hemos de desplazarnos a Krommenie, un pequeño pueblo al noreste de Holanda. Allí encontraremos un curioso caminito que podemos recorrer tan ricamente, mientras su superficie actúa también como una gran placa fotovoltaica, capaz de generar la suficiente energía como para abastecer a tres hogares.

Basado en un sistema bautizado con el nombre de SolaRoad, su objetivo es potenciar el transporte sostenible al tiempo que genera energías limpias, con lo que constituye una doble alternativa al uso de fuentes de energía contaminantes, con alta huella de carbono, sobre todo de combustibles fósiles.

Un experimento

Este carril bici, el primero en el mundo de estas características, lleva casi medio año en funcionamiento, y tiene 70 metros de largo, si bien va ampliándose. Si todo sale según lo previsto, en 2016 será de 100 metros, en un suma y sigue que seguirá aumentando su tamaño durante tres años, tiempo durante el que se observará su eficacia, y tras el cual se dará por finalizado el experimento.

De los resultados obtenidos se extraerán conclusiones sobre su conveniencia, posible ampliación e implementación en otros enclaves. Por lo pronto, está siendo la sensación y su uso más que satisfactorio. De seguir así, el proyecto podría ser sólo el primero de otros muchos, pues las perspectivas son estupendas no sólo en un país como Holanda, que tiene más de 35.000 km de carril bici, sino en cualquier otra parte del mundo.

Carriles y carreteras solares

El alto costo es uno de los principales obstáculos para su popularización. El material necesario es caro, es cierto, pero por otra parte el rendimiento que se obtiene puede interesar, sin olvidar la posibilidad de que la tecnología pueda ofrecer soluciones más eficientes, en cuyo caso su uso podría dispararse.

Carril bici solar 2
Actualmente, se precisan unas placas solares cubiertas con un vidrio grueso y una capa de plástico traslúcido antideslizante, para permitir la entrada de la luz solar y facilitar una circulación segura.

El tramo construido genera energía suficiente como para abastecer un total de tres hogares con necesidades medias, lo cual equivale entre 50 y 70 kW por hora. Nada mal, pero hay que tener en cuenta un pequeño detalle, y es que su coste ha sido de nada más y nada menos que 3 millones de euros.

La producción de electricidad es menos eficiente que el de las placas solares que pueden alinearse y dirigirse según convenga hacia el sol, como ocurre con paneles solares instalados en tejados o en solares. En este caso, como contrapartida, el carril de bici solar tiene unas dimensiones mucho mayores, con lo que el cómputo general también sería mayor y podría contrarrestar esta desventaja comparativa, únicamente en el caso de que los paneles requiriesen la misma inversión.

Carril bici solar 3
En el futuro, la idea podría aplicarse a las carreteras para abastecer de electricidad a los vehículos eléctricos y, en general, con el objetivo de generar energía eléctrica. De nuevo, los altos costes frenan su implantación, aunque se está avanzando a pasos agigantados, como demuestra el ambiciosísimo proyecto de Julie y Scott Brusaw, cuyo sueño es sustituir el asfalto convencional por una carretera con tecnología solar fotovoltaica.

Su sistema permitiría producir el triple de la energía que consume Estados Unidos actualmente. Hoy por hoy, sin embargo, no resulta factible, pero como concepto es muy atractivo y la investigación en esta dirección está avanzando a pasos agigantados. Sin duda, puede ser muy interesante para ahorrar espacio (ubicar los paneles solares siempre es un problema) a la hora de generar energías limpias, al tiempo que se promociona el uso de medios de transporte sostenibles.

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