Ni en el plato ni tampoco en el campo. El maíz transgénico se rechaza mayoritariamente a nivel de consumidores y de grupos ecologistas. Sin embargo, el uso masivo de transgénicos en países como Estados Unidos y la permisividad e incluso promoción legal en normativas de distintas naciones, incluyendo la europea, dificulta ponerles freno.
En esta ocasión, el maíz transgénico 1507 es el triste protagonista por la inminente votación de la autorización para cultivo de este maíz de la multinacional agroquímica Pioneer Hi-Bred en la Unión Europea. Sin duda, una ocasión de oro para poder demostrar su total y absoluto rechazo distintas asociaciones y grupos como Amigos de la Tierra, Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Ecologistas en Acción, Greenpeace y la Red de Semillas.
De forma conjunta, han enviado una carta (http://goo.gl/AtV5DJ) al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete. Breve pero bien clara, en la misiva piden al máximo responsable del sector agrícola en España que vote en contra de la autorización de este maíz.
Elevada toxicidad
La variedad de maíz transgénico 1507 obedece a dos modificaciones genéticas, explica Amigos de la Tierra. Ello significa, básicamente, que produce una toxina para combatir el taladro del maíz y, por otro lado, a la vez se busca la tolerancia al herbicida glufosinato, si bien este segundo particular no está confirmado por estudios, denuncian quienes se oponen a su aprobación.
No se ha evaluado por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria el riesgo del herbicida, es decir, se desconoce la tolerancia real al herbicida glufosinato, de alta toxicidad, y cuya prohibición en la agricultura se prevé en 2017. Asísmismo, podría atentar contra mariposas y polillas según una evaluación parcial de los riesgos, quedando pendiente también su impacto sobre las abejas.