Los aeronaves tienen una vida media de entre veinte y treinta años. Se usan hasta que los costes de reparación y de mantenimiento no son rentables. Incluso puede ocurrir que el fabricante original o los fabricantes de piezas dejen de suministrar los recambios. En fin, como todo aparato tiene una vida útil tras la cual hay que desecharlos. ¿Pero qué se hace con un avión cuando ya no sirve? No se puede dejar en el contenedor de la basura, como un residuo más. De hecho, hay varios cementerios de aviones en todo el mundo. Uno de los más grande es Boneyard, que se encuentra en el desierto de Mojave, en Tucson, Arizona, Estados Unidos. Es el el AMARC (Aerospace Maintenance And Regeneration Center).
Pero ¿no habíamos quedado en que había que reutilizar o reciclar todo? ¿Es que los aviones no se reciclan? Lo cierto es que es bastante caro y poco rentable, así que sólo unos pocos aviones pasan por un proceso de reciclaje.
Hace años se puso en marcha el Proyecto Pamela, con el objetivo de reciclar aviones, y se inauguró la planta de reciclaje de aviones ubicada en el Aeropuerto de Tarbes, en el sur de Francia, gestionada por el fabricante europeo Airbus, junto con empresas del sector.
En esta planta los aviones son desmantelados, separando las piezas que todavía se puedan utilizar para venderlas (motores, asientos, trenes de aterrizaje, partes móviles de las alas…), mientras que los metales son separados para su reciclaje (hasta el 80% de los metales se pueden separar).
Aunque todo depende de los modelos. No es lo mismo un avión antiguo que uno nuevo. Los últimos modelos de aviones están fabricados con fibra de carbono (este material representa el 50% de un Boeing 787, por ejemplo). Esto dificulta su reciclaje. Pero, también, puede ser una oportunidad: hay fábricas de carbón molido que son capaces de transformar la fibra de carbono reciclada en un producto de calidad suficiente para ser usado de nuevo en los aviones.
Así, se dan pequeños pasos para el completo reciclaje de los aviones. La compañía Boeing impulsa Afra y, Airbus, el Proyecto Pamela. Entre ambos y con la ayuda de los gobiernos se conseguirá la eliminación segura, completa y respetuosa con el medio ambiente de todos los componentes de los aviones.