Cada vez es más habitual utilizar fuentes de energía renovable y limpia para que los dispositivos electrónicos funcionen o, en todo caso, para recargarlos. Ya no es raro ver placas solares que recarguen los móviles, las tabletas, los portátiles, los reproductores de sonido, etc. Los grandes usuarios de los pequeños aparatos electrónicos pueden ser totalmente ecológicos.
El problema llega cuando se hace de noche. El Sol es una fuente de energía inagotable y limpia, pero intermitente. Y, en muchos casos, es precisamente por la noche cuando más se necesita recargar (después de un día entero de trabajo, al llegar a casa) o usar los dispositivos. El viento puede ser una energía complementaria. Pero tampoco es continua. Puede soplar viento o estar tan calmado que no podríamos recargar ni una pequeña linterna con una bombilla LED.
Hay que buscar, pues, otras fuentes de energía que siempre estén a disposición del usuario. Sobre todo, para recargar dispositivos que no necesiten mucha, pero sí sea necesario que nunca les falte. Como los relojes, que, por definición, no se deben parar. Así, se ha diseñado un reloj digital que funciona con una fuente de energía que cualquier persona puede conseguir: con limones.
Más que nada, es un proyecto pedagógico. Enseña que hay muchas fuentes de energía disponibles en el planeta. Lo único que hay que hacer es aprender a usarlas. La clave, en este caso, está en la parte ácida del limón, que es con la que, a través de una reacción química llamada electrólisis se produce energía. En realidad, es un proceso similar al que se usa en una batería convencional.
Con un limón, el reloj digital podrá correr, al menos, una semana. Si hace años había que dar cuerda a algunos relojes para que no se detuvieran, a éste hay que cambiarle los limones. Como lo importante es que la fruta contenga ácido, los pomelos o cualquier otra fruta ácida valdrán también para obtener energía.