Este invento tiene su miga. No, aunque lo parezca, Sealeaf no es un invernadero en miniatura para practivar la agricultura urbana en nuestra propia casa. En realidad, se trata de un jardín flotante para el cultivo en zonas costeras afectadas por el aumento del nivel del mar.
Sus creadores, el estudio Innovation Design Engineering, son partidarios de aprovechar los problemas (como el cambio climático o la superpoblación) para idear ingeniosas maneras de salir adelante. Es por ello que el Sealeaf es un sistema que permite obtener vegetales sin necesidad de ocupar tierras, cada vez más escasas y sobreexplotadas con el aumento del nivel del mar y de la población a nivel mundial.
Su propuesta son estos módulos, unas cámaras flotantes autosuficientes, que se pueden colocar en las vías fluviales costeras (lagos, ríos y demás entornos acuáticos) o allí donde se les quiera sacar partido, sin más complicaciones.
Menos importaciones
Además de permitir el autoabastecimiento a nivel particular, sus creadores señalan que también supone un ahorro a nivel macro si su uso fuera masivo, pues permitiría reducir las exportaciones de comida, al tiempo que fomentaría el consumo local de alimentos.
Conseguir una cosecha abundante requeriría colocar un buen número de bloques. Pensando en todo, las cámaras flotantes están diseñadas para ser agrupadas de la forma que más convenga para no molestar en zonas de esparcimiento o a las rutas de navegación.
Cada bloque tiene un depósito de recogida de agua de lluvia, un panel solar y todo lo necesario para crear el microclima idóneo para el crecimiento de los vegetales. De forma aproximada, puede decirse que pueden producir alrededor de 20 kilogramos de producto, además de ser una apuesta verde gracias a una sustancial reducción de la huella de carbono.