Sillón gigante fabricado con 2.500 botellas de plástico

Este gigantesco sillón parece salido del loco mundo de Alicia en el país de las maravillas, eso sí, en versión ecológica, por aquello del reciclaje que supone la reutilización de las 2.500 botellas con las que se ha fabricado.

Su creador no es Lewis Carroll, lógicamente, sino el artista húngaro Várnai Gyula, que ya ha demostrado su extraordinario talento en un sinfín de creaciones, como en aquella titulada Dead wood Instalation, en la que, como puedes ver en la siguiente imagen, dibujó el perfil de un hombre sólamente jugando con los colores de trozos de leña amontonada.

Con este epatante sillón, Varnai vuelve a sorprender, y no sólo por su tamaño, también por la estética del resultado obtenido. Por un lado, su aspecto recuerda a las esculturas hechas con piezas de LEGO, y por otro es toda una metáfora de la contaminación que la sociedad consumista hace para no salir de un confort que poluciona lo suyo y acaba ofreciéndonos una peligrosa comodidad.

No en vano, la dilatada obra de Várnai tienen vocación filosófica, pretenden conocer el mundo o, al menos, dejar preguntas en el aire que nos hagan reflexionar. En la mayor parte de sus obras, además, el tema central no es otro que el reciclaje, la estética de la basura y su contrario, es decir, el desastre ambiental que ésta genera.

El colosal sillón estuvo expuesto en un centro comercial de Budapest llamado Park Galeria y desde el minuto uno tuvo un gran éxito. Atrajo a gente de todas las edades, que no dejaron de hacerle y de hacerse fotografías junto a él. Lo que ya no está tan claro es que su mensaje medioambiental, que anima a reciclar y a prescindir del plástico, calara tanto como hubiera deseado el artista.