El zoológico de Denver, en Estados Unidos, ha comenzado a probar un medio de transporte que se mueve gracias a un combustible biológico muy especial: basura humana y excrementos de algunos animales. Un híbrido-eléctrico gasificado que funciona gracias a diferentes tipos de residuos. La fuente de energía son pellas elaboradas con heces de animales y la basura generada por los visitantes del zoológico y por sus propios empleados.
El medio de transporte en cuestión es un camión de tres ruedas. El objetivo es convertir más del 90% de los residuos del parque zoológico en biocombustible. La idea aún se está probando. Se comenzó a gestar hace ocho años. El elefante tuvo mucho que ver: había que reducir el consumo de energía del enorme animal y se comenzaron a barajar nuevas ideas al respecto.
Un equipo del zoológico se dedicó a analizar los contenedores de basura para saber qué tipo de basura se producía, tanto por parte de los visitantes, como de los empleados. Se buscaba una solución innovadora que, al mismo tiempo, sirviera para eliminar los residuos que se debían llevar al vertedero.
Enseguida se consideró que era buena idea tratar de aprovechar los excrementos de los animales para crear una energía limpia de la basura y los desechos (valga la contradicción). La tecnología es exclusiva del zoológico. La han diseñado y construido tres personas, dedicadas a tiempo completo al proyecto. Han pedido la patente del invento.
El sistema se llama Poo-Powered Tuk Tuk. Las pellas gasificadas, que tras ser expuestos a un ambiente sin oxígeno, recuperan el gas que, luego, es quemado por un incinerador, que genera energía eléctrica. Esta energía se almacena en una batería.
De momento, el vehículo utiliza únicamente residuos humanas y heces de osos pandas. Pero los expertos aseguran que se podrá usar cualquier tipo de excremento dentro de unos meses.
En todo caso, hay que señalar que no es el único proyecto de este tipo en el mundo. En el zoológico de Múnich, existe algo parecido.