Ventajas eco del champú sólido

Jabon solido
Los champús sólidos son eco tendencia. Aunque la solución «no poo» o aquella otra de lavarse el pelo sin usar champú resultan sostenibles, también es cierto que el champú sólido se acerca a una opción más parecida al champú convencional.

Convencional entendido como producto líquido que se comercializa en envases de plástico que resultan altamente contaminantes. E igualmente ocurre con los productos relacionados, como son los acondicionadores, mascarillas, suavizantes que se aplican en seco, aceites y otros productos para el cuidado capilar.

Menos contaminación, más ahorro

La versión eco de este tipo de productos es más sostenible, pero no siempre los envases son ecológicos. Por lo tanto, puesto que el champú sólido por lo general es bio, constituye una alternativa bastante más verde que éstos y, por supuesto, mucho más que aquellos.

Además de su sostenibilidad, lo que significa ahorrar al planeta toneladas de plástico, también nos permitirá hacer economías y ahorrar espacio gracias a su pequeño tamaño y lo fácil que resulta apilarlos. Su durabilidad es superior a la del champú convencional (con sus 100 lavados lo triplica), y además podemos llevarlo en la maleta cuando vayamos a tomar un avión, pues existen restricciones a los líquidos que acaban siendo un problema.

Igualmente, se trata de un producto muy interesante para ser ecológicos sin hacer grandes cambios. Su composición es una base de jabón sólida, con lo que pueden definirse como pastillas de jabón para el pelo. Al margen, claro está, de que se suelan incluir ingredientes ecológicos.

De hecho, sus variedades se orientan a los distintos tipos de pelo graso, normal o seco. Aunque al ser un producto nuevo, como ocurre con todos los cambios es importante testar el que mejor pueda adaptarse a nuestro pelo. Dentro de cada marca podemos encontrar diferentes clases de champús, con lo que dar con la adecuada es cuestión de probar hasta encontrar el idóneo. Por lo demás, su uso es muy sencilo.

Basta con usar como si de un jabón se tratase, frotando las manos, y a continuación aplicamos sobre la cabeza, masajeando como de costumbre. Por ejemplo, se puede pasar la pastilla directamente sobre el pelo mojado. Al emulsionar el producto, rápidamente obtendremos espuma en la que se incluyen sus principios activos. O, si lo preferimos, sumerjámoslo en una pequeña cubeta o bol durante unos minutos y luego apliquemos la espuma creada.


Además de su facilidad de uso, puede aplicarse para todo el cuerpo, si se desea. Sobre todo, será de gran utilidad para cabellos cortos o medios. En caso de tener el pelo largo, si el jabón sólido elegido no ofrece el resultado esperado, lo suyo es elegir otro. En todo caso, será de ayuda darle un toque final añadiendo al último enjuague vinagre o limón.

El ghassoul es otra opción similar. Incluso puede considerarse jabón sólido. El uso tradicional en Marruecos de esta arcilla biodegradable como cosmético natural de uso dérmico y también capilar puede hacer un gran papel. Además de purificar, suavizar y, en fin, embellecer la piel, hace lo propio con el cabello y cuero cabelludo.

Es una estupenda alternativa ecológica al champú sólido o a también mencionada la técnica del “no poo”. Libre de químicos, no solo nos proporciona un jabón para su limpieza, sino que además tiene un efecto acondicionador. El cabello quedará más suave, con brillo y volumen. Igualmente, es una solución sostenible para el planeta, aunque habría que discutir si su extracción no significa un atentado ecológico.

Por su parte, aplicar en el cuero cabelludo significa masajear suavemente, haciendo pequeños círculos con las yemas de los dedos, siempre sin tocar con las uñas. Al utilizarlo se recomienda diluir previamente con agua y agitar en una botella o pequeño recipiente, por ejemplo aprovechando una botella de champú vacía.

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