Inspirándose en la famosa saga de La Guerra de las Galaxias, al tiempo que aprovechando uno de los últimos y más exitosos anuncios de la marca, Greenpeace ha lanzado una original campaña contra las prácticas poco sostenibles de la marca de automóviles alemana Volkswagen. Esta empresa, según los chicos de Greenpeace, ha sido tentada por el lado oscuro. En este caso, por una política medioambiental que está destrozando nuestro planeta.
Siguiendo con el juego, Greenpeace llama a que los ciudadanos defiendan el planeta, se conviertan en Jedis del medio ambiente y detengan las malas prácticas de Volkswagen. Según la campaña, nuestro planeta Tierra se encuentra en problemas porque Volkswagen se salta las leyes que tratan de proteger el medio ambiente. Pero la Alianza Rebelde (término tomado de la película) puede convencer a la empresa alemana para que no se pase al lado oscuro. ¡Pero, cuidado, el lado oscuro es tentador!
¿Y por qué afirma Greenpeace que Volkswagen está pasándose al lado oscuro? En primer lugar, por su política ante las emisiones de dióxido de carbono. La compañía automovilística gasta millones en ejercer presión para que la Unión Europea no aumente los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero para combatir y mitigar el cambio climático.
Del mismo modo, mientras los gobiernos europeos tratan de imponer unos estándares de eficiencia en los carburantes, para que contaminen menos, Volkswagen trata de boicotear estas medidas, creando grupos de presión en contra y sin apoyar pública ni empresarialmente las medidas.
En definitiva, sólo el 6% de los coches vendidos por Volkswagen el pasado 2010 fueron modelos eficientes, coches que contaminan lo mínimo y respetan, sin olvidar que son coches propulsados por combustibles fósiles contaminantes, el medio ambiente. Si Volkswagen quiere volver a ser parte de los buenos de la película tiene que cambiar radicalmente de política ambiental y sólo fabricar modelos eficientes en 2040. Desterrar el lado oscuro y salvar el planeta de su definitiva destrucción. Parece una película, pero no lo es. Es la realidad.