El policarbonato traslúcido utilizado para construir las paredes de este garaje ha hecho posible una tremenda luminosidad en su interior. Y, aunque parece endeble, la estructura es lo bastante sólida como para soportar el peso de una vivienda sin problemas.
La insólita casita está situada en una zona rural, cerca de Tübingen, en Alemania. Rodeada de un área bucólica o, si se quiere, más bien agrícola, también tiene cerca una carretera muy transitada, por lo que su originalidad puede ser admirada por un sinfín de personas a diario.
Su construcción perseguía minimizar la huella de carbono del edificio, tanto por evitarse una construcción subterránea como por el ahorro de materiales que ha supuesto levantar la vivienda aprovechando la cubierta del garaje. A su vez, el uso de los paneles de policarbonato translúcido es una opción verde que hace la diferencia y le da una personalidad única que maximiza la entrada de la luz.
Paisajes verdes
La misma elevación de la casa ofrece unas vistas preciosas a sus dueños de un entorno verde que no tiene desperdicio, pues las ventanas, escalera y puertas están de espaldas a la carretera. A su vez, el tono oscuro de la fachada de la casa busca atrapar el calor del sol, algo tan necesario en zonas frías como ésta, si bien las ventanas y puertas son bien hermosas para dejar pasar la luz.
Sus creadores, Fabian Evers Architecture and Wezel Architektur, se muestran orgullosos del resultado, logrado a pesar de tener un presupuesto muy ajustado para hacer realidad la demanda del cliente, que deseaba una casa de campo funcional, ecológica en lo posible y con un toque moderno. Todo un acierto en todos los aspectos, al menos a juzgar por las imágenes.
