Los rollos de papel higiénico no están vacíos. Todo lo contrario, deja volar una pizquita la imaginación y descubrirás que rebosan de posibilidades. A diferencia de lo que ocurre con los metros y metros de papel, que tarde o temprano se acaban, si nos atrevemos con el reciclaje creativo, las opciones para convertir estos pequeños tubos en un sinfín de objetos son interminables.
No es necesario guardar un buen número, ni siquiera varios de ellos para ponerse manos a la obra. Con un sólo rollo puedes hacer muchas cosas: desde objetos prácticos hasta otros decorativos o, por qué no, también simplemente divertidos.
Convertirlos en algo útil
Colocados uno al lado del otro, en fila o formando una pila, los rollos son perfectos como organizadores de cosas pequeñas. Las opciones a la hora de decorarlos van desde forrarlos con retales o pintarlos hasta dejarlos tal cual. Además, podemos mantenerlos sujetos dentro de una caja o pegárlos unos con otros. Además, forrados con tela o papel, pintados o sin añadido alguno, de forma individual quedan genial para guardar o sujetar cables enrollados.
Otra posiblidad bien práctica: convertirlos en lapiceros. De hecho, en realidad lo son, sin necesidad de hacer nada. Simplemente lo colocaremos sobre una superficie plana y llenaremos de lápices, bolis,etc. De nuevo, las posibilidades de adornarlo son numerosas, tantas como nos dicte la imaginación. ¿Qué tal pegar un retal, envolverlos en papel de regalo o de periódico…?
Incluso podemos hacer un originalísimo comedero para pájaros silvestres o no, tanto se da. Lo embadurnamos con mantequilla de maní y lo hacemos rodar sobre alpiste, hasta que quede pegado. Para sujetarlo nos valdrá una cuerda o lazo: lo colgamos y esperamos a que los pájaros disfruten. Eso sí, por seguridad, cuidado con colocarlo en balcones si tenemos mascotas o niños pequeños, podrían querer cazar o tocar los pájaros…
Puestos de pie, uno junto a otro dentro de una bandeja de plástico, sirven como contenedores para plántulas. Y como puede verse en la imagen que abre el post, doblando la base la cerramos y conseguimos macetitas independientes la mar de chulas.
Manualidades para decorar
Muñecos podemos hacer para dar y tomar. El tubo será el cuerpo, la cabeza o ambas cosas. La clave está en decorarlos de un modo u otro para convertirlos en simpáticos pingüinos, conejos, gatos, muñequitos, etc. Nos será fácil customizarlos, con orejas, rabito y cuerpo dibujado con colores llamativos. Admite adornos de todo tipo: lazos, cuerdas, purpurina, pintura, botones, trozos de tela…
Haciendo flecos o cortes con las partes exteriores, rellenando el centro con papel y pintando cada fleco obtendremos flores de estilo naif que lucirán por ambos extremos. Les colocamos un palito de madera y… directos al jarrón, colgadas de la pared, en el corcho o pinchadas sobre una maceta.
Más ideas decorativas: los doblarmos hasta conseguir que tengan forma de corazón. Es muy sencillo, sólo has de oprimir uno de sus extremos, luego cortamos como si fueran rebanadas de pan, pintamos de rojo o como se nos antoje y tenemos corazones que quedarán preciosos colgados con hilo.
Igualmente, quedarán perfectos también como decoración en una fiesta, sustituyendo las típicas cadenas o decoración de techo. Y si los cortamos en forma de corona y las decoramos y sujetamos con un hilo elástico serán un divertido complemento para cumpleaños y fiestas infantiles.
Juguetes y disfraces
Apilados o puestos uno al lado del otro también son una materia prima ideal para hacer un garaje para cochecitos de juguete o para organizar juguetitos. O, si queremos pasar un buen rato con los peques, será fácil crear relojes llenos de color o bonitos brazaletes para jugar a ser superhéroes. Pero aún hay más: convirtámoslos en bolos que podremos derribar con una pelota o en unos originales coches de carrera. A ver si lo adivinas: los tapones de la botella serán las ruedas y el tapón del suavizante colocado en la parte superior, la cabina del piloto…
Si la fiesta es de disfraces, hagámonos con un buen número para hacer una peluca al estilo Luis XVI, en plan tirabuzones. O unamos dos y hagamos unos binoculares y ya casi tenemos el disfraz de exploradores. Sin cortar son diversión asegurada para los más pequeños de la casa, pueden utilizarlos como sellos estampadores mojando en pintura e imprimiendo en cualquier superficie, preferentemente una hoja de papel a no ser para que no te pongan la casa perdida.
¿Y qué tal si lo convertimos en una cajita de caramelos? Será fácil: simplemente aplastándolo para aplanarlo y doblando sus extremos. Lo pintamos o forramos con papel o tela, dejamos secar y listo. Haciendo esto mismo pero sólo en una parte del rollo, tenemos las orejitas de un animal: ¿Qué haremos, un búho ojiplático o un minino mimoso, siempre con ganas de jugar?