Si de verdades verdaderas hablamos, no ducharse es más ecológico que ducharse con agua fría o caliente, tanto se da, pero también es verdad de la buena que el agua es fundamental para la higiene personal o que soportar el agua fría es toda una gesta que puede acabar en pulmonía, sobre todo en invierno.
Y ya puestos a contar verdades, también es cierto que se desperdicia una valiosa cantidad de agua en la ducha mientras esperamos a que se caliente, por lo que siendo un hecho que el agua es un recurso escaso, escasísimo, estamos en un callejón sin salida si pretendemos preservar nuestra salud al tiempo que cuidamos la del planeta.
¿Que hacer para no desperdiciar tanta agua? Una opción sería compensar la pérdida de agua haciendo pis mientras te duchas para ahorrar agua, es decir, para no tener que vaciar la cisterna cada vez que hacemos lo propio con la vejiga. Y no, no lo digo yo, sino la ONG brasileña SOS Mata Atlántica, cuya campaña a tal efecto fue de lo más sonada.
Ducharse juntos
Otras maneras de practicar el activismo verde en la ducha es ducharnos en compañía, con nuestra pareja, con amigos, hijos, con el consiguiente ahorro de agua. Como es sabido, compartir es vivir, y en este caso además es insuflar vida al medio ambiente. Incluso pueden instalarse interruptores de agua para accionarlos fácilmente mientras uno se enjabona.
También existen dispositivos que podemos colocar entre la alcachofa y el tubo para ahorrar agua, como los aireadores, mientras otros reducen el caudal acoplándose en los grifos sin reducir presión.
Otras ideas son reciclar el agua de enjuague para regar las plantas o para lavar el coche, pongamos por caso, así como, por supuesto, siempre preferir la ducha al baño o, al menos, sólo bañarnos de forma excepcional.