La tecnología de vanguardia nos regala un sinfín de opciones a la hora de cargar nuestros dispositivos móviles en cualquier momento y lugar: desde el mobiliario urbano que incorpora placas solares hasta bicicletas que permiten hacer recargas o, por ejemplo, los mini cargadores solares que se colocan en la ventana, la ropa inteligente… Sorprendentemente, incluso se han inventado zapatos que funcionan como eficientes cargadores móviles.
Así las cosas, como era de esperar, los bolsos no podían ser menos. Su fácil, casi constante exposición a los rayos del sol cuando vamos por la calle o hacemos excursiones al aire libre (en este caso suelen serm ochilas) los convierte en claros candidatos a sumarse a esta míriada de inventos, en este caso sin complicación alguna, simplemente incorporando pequeños paneles solares.
Diseños funcionales
Su diseño no es lo más delicado del mundo, pero son tremendamente útiles y lo cierto es que cada vez hay más marcas que intentan fusionar la moda con la tecnología con resultados interesantes. Aún así, son eminentemente prácticos y su funcionalidad se orienta tanto a la carga en cualquier lugar como a la posibilidad de hacerlo cuando nos hemos olvidado el cargador en casa.
Igualmente, las mochilas nos ayudan también a cargar dispositivos personales, como teléfonos, MP3, tablets o cámaras fotográficas, pongamos por caso, en lugares donde no hay electricidad por ejemplo si vamos de excursión o hacemos acampada libre.
La tecnología utilizada, es decir, los paneles fotovoltaicos de silicio cristalino, tienen la gran ventaja de ser flexibles y muy ligeros, por lo que no añaden peso a la bolsa y se adaptan a los tejidos de las bolsas. También son impermeables y cada carga requiere entre dos y seis horas de conexión, que se realiza fácilmente sólo con conectar el dispositivo mientras el bolso está expuesto al sol y el dispositivo se lleva en el bolso, pongamos por caso.
Como gran inconveniente, están sus claras limitaciones si se tienen necesidades mayores de carga y, por otra parte, puesto que obviamente exigen radiación solar, en los días nubosos serán de poca ayuda. Sin embargo, constantemente se hacen avances y algunos pueden utilizarse en interiores y disponen de baterías.
Normalmente, al menos hoy por hoy, su potencia no da para grandes pretensiones, por lo que son idóneos para aparatos de pequeño tamaño, pero insuficientes para usos más exigentes.
Su precio, normalmente prohibitivo, es otro inconveniente para su adquisición y su popularización, sobre todo si buscamos modelos de bolsos que disimulen las placas, un accesorio que no resulta demasiado femenino, pero que no resultan modernos e incluso estilosos en los modelos más informales, tipo mochila.
Unas pocas horas de sol
A la hora de utilizarlos, por lo general basta con cargar los aparatos en tres horas en un día con buena luz y algo más si hay poca luz. Rizando el rizo, muchos de los modelos se fabrican con material reciclado, con lo que la placa solar integrada se suma a un tejido sostenible, idóneo para quienes deseen tener un gesto eco-amigable al tiempo que sacan partido a la energía solar móvil.
Sumar moda, reciclaje, tecnología y una mayor potencia dentro y fuera de casa es el múltiple objetivo que persiguen estos bolsos y mochilas, cada vez más perfeccionados.
Quizá la superación del silicio por otros materiales de más bajo costo e igual eficiencia en tecnología fotovoltaica, como la perovskita, podrían revolucionar también estos prácticos accesorios cotidianos. Incluso podrían desaparecer las mismas celdas y adoptar la forma de una simple capa de pintura o tinte textil, con lo que los diseños podrían ser mucho más atractivos y variados. Tiempo al tiempo.
Excelente pagina, felicidades, sus aportes son adecuados a la información-