La energía solar y, en concreto, los paneles solares, tienen un sinfín de aplicaciones. Su versatilidad también está transformando su forma, tecnologías y lugar de colocación, llegando a resultar sorprendente en muchos casos.
Esta vez, el sistema de paneles solares que ocupa nuestra atención cubrirá carreteras. El proyecto se llama Wattway, y el objetivo no es otro que convertirse en una alternativa provechosa a nivel económico y, sobre todo, ambiental.
Wattway, en los cuatro continentes
La propuesta es del grupo Colas, filial de la empresa Bouygues, especializada construir carreteras solares, es posible gracias al tremendo abaratamiento de las células fotovoltaicas.
Aunque pueda parecer frágil, está fabricado para este uso específico. Se trata de un material de gran resistencia cuya materia prima principal es el silicio cristalino, explican sus creadores, de medio centímetro de espesor y se superponen al pavimento para aprovechar las ventajas de la energía renovable proveniente del sol.
Entre las placas, cuya superficie está fabricada con vidrio antideslizante y el asfalto, por otra parte, se introduce un cableado eléctrico. En la práctica, por lo tanto, se genera electricidad limpia, constituyendo una fuente de energía renovable.
Han sido necesarios años para que el desarrollo del producto (creado en el 2009) alcance la resistencia necesaria para soportar el peso de los vehículos, incluyendo los camiones.
Una vez perfeccionado, aunque siempre puede mejorarse, lógicamente, se ha entrado en la fase de colocación en pruebas piloto en distintos lugares. Por lo pronto, si bien se espera lanzarlo al mercado en 2018, actualmente está probándose en más de un centenar de lugares.
Para 2018 se espera tener presencia en los cuatro continentes, con implementación de los módulos solares Wattway en Asia, África, América y Europa. Actualmente, sin embargo, el proyecto en el que se han dedicado más esfuerzos es el de Tourouvre, en el departamento francés de Normandía.
En dicho término municipal se han instalado un total de 2.800 metros cuadrados de paneles solares, con el fin de abastecer de energía a una ciudad de unos 5.000 habitantes.
Para ello, se deben generar picos de energía de hasta 280 kWh en este tramo de carretera solar. Una vez generada la electricidad, por ahora, se desvía a la red eléctrica, al tiempo que se utiliza para cargar vehículos eléctricos, entre otros usos.
Como es bien sabido, el abaratamiento de la energía solar fotovoltaica también ha impulsado otros proyectos no menos prometedores. Entre otros, el cubrimiento de ventanas , de los techos de los coches y de tejados.
Sin duda, el futuro nos depara grandes sorpresas verdes, pues ese menor coste puede y debe seguir progresando. Tanto de la mano de esta tecnología como de otras muchas.
No olvidemos, sin ir más lejos, los avances que se han hecho en sprays que convierten cualquier superficie en paneles solares o en células solares con hierba, un invento del MIT que también persigue abaratar los paneles solares.
Por último, sería dar un paso de gigante lograr la producción del grafeno de forma más económica. Sus aplicaciones en el campo de la energía solar son inimaginables.
No solo en lo que respecta a los paneles solares convencionales, tal y como los conocemos, sino en sus distintas aplicaciones, entre otras las que hemos mencionado. Y, por supuesto, también aquellas relacionadas con el tema principal del post: las carreteras.
No en vano, crear autopistas energéticas es uno de los grandes proyectos que se espera poder llevar a cabo en cuanto se alcance esa mayor eficiencia del grafeno.
Solo entonces será rentable realizar este tipo de proyectos, todos ellos relacionados con el cubrimiento de grandes superficies. Con ello, también se multiplicaría el rendimiento, y ahí está el quid de la cuestión.