Sheila Williamson y su marido, recientemente fallecido, pasaron casi cuatro décadas haciendo su casa en un entorno natural. Fabricada con materiales de construcción ecológicos, sobre todo en lo que respecta al uso de madera recuperada, lograron un resultado sorprendente.
La pareja construyó construyó una impresionante casa con formas geométricas de manera artesanal, haciendo un trabajo que requería mucho cálculo, en particular a la hora de hacer cada una de las piezas que componen las esferas.
Madera procedente de un almacén cercano
Solo con esta parte de la vivienda pasaron más de 7 años cortando cada pieza, pintándola y colocándola, hasta construir las tres cúpulas de esta original casa, ubicada a las afueras de San Francisco, en Estados Unidos.
«Es un lugar encantador, en el que poder sentarse en la terraza para ver la vida pasar«, dice Sheila, «obligada» a ponerla a la venta tras faltar su marido por ser demasiado grande para vivir sola, además de que sus hijos han volado también del nido.
En cuanto a sus aspectos más ecológicos, además del uso de materiales respetuosos con el entorno, podemos destacar también la misma forma que adopta la casa, llenando las distintas estancias de luz natural gracias a los ventanales que hay por doquier y a los tragaluces o claraboyas que se han situado en distintos puntos estratégicos.
Por otro lado, el uso de la madera actúa como aislante. Se trata de una madera, por otra parte, con una baja huella de carbono, puesto que la obtuvieron de un almacén de madera cercano que había sido derribado.
Inspirada en los diseños con forma de esfera que popularizó el arquitecto e inventor Buckminster Fuller, también proporcionan una visión única desde su interior, permitiendo disfrutar de una amplia vista del valle en el que está situada. Igualmente, su misma ubicación en pleno verde invita a salir e interactuar con la naturaleza del lugar, donde abundan los ciervos, zorros y codornices.