Cómo conservar las hierbas aromáticas


Es interesante descubrir el mundo de las hierbas aromáticas, tanto para consumo inmediato, en fresco, como para secarlas y conservarlas largo tiempo. En todos los casos, afortunadamente para sus aficionados, existen distintas técnicas que permiten hacerlas durar en perfectas condiciones.

Aunque conservar las hierbas frescas es difícil más allá de unos cuantos días, no debemos perdernos su uso mientras conserven su olor y sabor en todo su esplendor. Excepto si queremos mostrarlas en un jarrón que alegre la cocina o cualquier rincón de la casa, podemos prolongar su frescura guardadas en la nevera manteniendo igualmente sus raíces en agua. O, en todo caso, envueltas en papel para que no se resequen o dentro de un bote hermético.

Congelar o secar las hierbas

Congelarlas es otra opción, si bien en este caso deberemos lavarlas antes concienzudamente y luego secarlas con un papel de cocina que evite que las gotitas de agua acaben rompiendo su estructura al convertirse en hielo. Se envuelven en film plástico o se introducen en un bote de cristal. Por lo demás, su uso será perfecto para cocinar, por lo que trocearlas sería una opción práctica.


El proceso de secado es la opción más tradicional. Muchas de ellas perderán su aroma, si bien para uso decorativo siempre podemos devolvérselo con unas gotas de aceite esencial orgánico de esa misma hierba. Aunque hay sistemas que utilizan el horno, bastará con dejarlas en un lugar seco, caliente y sombreado, bien ventilado durante unas semanas. Después, simplemente se guardan en envases herméticos o se cuelgan formando ramilletes.

Plantas como el romero, la menta o el estragón mantendrán sus aromas durante meses. Es más, incluso podrían intensificarlo, por lo que se recomienda un uso comedido a la hora de dar sabor a los platos. Por lo tanto, el uso de la hierba fresca o seca nos brindará resultados muy distintos que podremos disfrutar.

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