Que la tecnología más innovadora sea aplicada a los electrodomésticos de uso diario no se produce para que señoras adineradas y ociosas maten de envidia a sus amigas a la hora del té, sino para que se usen de una forma más ecológica, principalmente ahorrando en gasto energético. Teléfonos inteligentes, televisores inteligentes, electrodomésticos inteligentes… que quizá se deberían llamar también (y, en algunos casos, se hace) ecológicos. Además, actualmente, las redes inteligentes conectan todos estos dispositivos para un uso más cómodo y eficiente.
La compañía LG trabaja en una tecnología denominada Thinq que permite al usuario utilizar sus electrodomésticos de una manera centralizada y eficaz. Esta tecnología ha sido presentada en el CES de Las Vegas.
En un futuro, se espera que estas redes inteligentes usen paneles solares o turbinas de viento, que manejarán los consumidores, para generar la energía que necesitan sólo cuando sea necesaria. De una forma respetuosa e inteligente (otra vez este adjetivo) con el medio ambiente se modifica el suministro de electricidad según la demanda real de electricidad. En un mundo utópico que ojalá algún día se haga real, los consumidores podrían vender los excedentes de energía que generan a la compañía eléctrica.
Otro aspecto de esta revolución eco-inteligente es la eficiencia de cada uno de los aparatos. Por ejemplo, una lavadora conectada a una red doméstica inteligente sería capaz de seleccionar el horario en el que el consumo de electricidad tiene la tarifa más barata, con el consiguiente ahorro de dinero en las facturas.
Parece una fantasía, pero se están preparando proyectos donde se probará la viabilidad de la idea en Europa y en Estados Unidos. Otros aparatos, como algunos televisores y algunos modelos de portátiles, muestran información en tiempo real de cuánta electricidad se está gastando. Por otra parte, el frigorífico y la lavadora pueden ajustar sus programas, no sólo teniendo en cuenta el precio de la electricidad, sino también el nivel de carga que soporta en cada uso.
Tecnología inteligente, pues, que ayuda a combatir las consecuencias del cambio climático. Tecnología ecológica. ¿Será el ser humano tan inteligente como los dispositivos que diseña?