Que la polución atmosférica es cualquier cosa menos saludable nadie tiene que venir a decírnoslo de puro obvio, pero sí es todo un notición que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incluya como una de las causas que provoca cáncer, en especial de pulmón y vejiga.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer así lo ha anunciado esta semana como miembro que es de la OMS, al tiempo que ha sido esta misma institución la que ha tomado la decisión. Lo hizo en una de sus reuniones en las que se abordó el efecto perjudicial de la polución para la salud, concretamente para el desarrollo del cáncer.
La Agencia basa su decisión en la tremenda elocuencia de los datos estadísticos y procedentes de estudios científicos disponibles al respecto, más que suficientes para considerar cancerígenas las partículas contaminantes presentes en el aire.
Numerosas evidencias
Por ejemplo, sólo en 2010 se registraron alrededor de 220.000 muertes por cáncer pulmonar provocado por contaminación, al tiempo que son más de catorce los estudios que han probado la relación causal entre polución ambiental y cáncer.
Estas partículas contaminantes forman parte del listado de la OMS de sustancias causantes de cáncer, junto con otras como el tabaco, el plutonio o la radiación ultravioleta.
En la reunión celebrada también se subrayó el mayor riesgo de cáncer del pulmón conforme aumenten los niveles de contaminación ambiental, algo que por desgracia es la tendencia actual, sobre todo en los países más industrializados de Asia y Latinoamérica. Sin embargo, a nivel personal la incidencia dependerá de la exposición a la que se sometan distintas personas, así como de la concentración.
Al margen de diferencias determinadas por la región concreta de que se trate y por los distintos estilos de vida, la polución atmosférica es un riesgo para la salud que además de cáncer provoca problemas respiratorios y cardíacos.