Esta es una alternativa ecológica para el entierro que no sólo es biodegradable, sino generadora de una nueva vida, la de un árbol cuyas semillas germinan en un contenedor que contiene cenizas humanas que servirán de abono durante su crecimiento.
El invento se llama Spiritree y constituye una manera distinta de confundirse y fundirse con la naturaleza, sin tener que acabar en el mar o echadas al aire en un paraje natural, por ejemplo. En esta ocasión, la planta se alimenta de las cenizas y con el tiempo acaba convirtiéndose en un monumento viviente a la memoria del difunto.
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