Dormir con el móvil encendido no es saludable

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La contaminación lumínica tiene muchas facetas o, puestos en plan tremendista, bien puede afirmarse que es un monstruo con mil cabezas. Normalmente, sin embargo, se trata de un problema que pasa desapercibido y, por lo tanto, solucionarlo no es una prioridad, cuando debería serlo si tenemos en cuenta los riesgos que entraña para la salud.

Acabar con ella pasa por atacar distintos frentes, algunos fuera de nuestro alcance, pues tienen que ver con la iluminación urbana, pero otros los tenemos dentro de casa. Uno de ellos es la luz azul que emiten las pantallas de los dispositivos móviles cuando se hace de noche, en especial cuando dormimos, así como el peligro que supone su conexión online mientras dormimos.

Insomnio tecnológico

Los smartphones solemos llevarlos a dormir con nosotros. Si durante el día no nos despegamos de ellos, por la noche también velan nuestro sueño. O, mejor, lo desvelan, porque dormir con el móvil encendido no es nada recomendable, según numerosos estudios, entre ellos uno publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los expertos centran el problema en la pantalla del dispositivo, por lo que sus consejos y advertencias son extensibles a otros tipos de dispositivos móviles, como tabletas digitales o similares. En concreto, nos alertan sobre la luminiscencia de las pantallas por reducir la melatonina. Es así como esta hormona reguladora del sueño nos dificulta conciliar el sueño.

Pero no solo eso, porque esta alteración hormonal también afecta a la calidad del sueño, retrasando y reduciendo el sueño REM. Se produce, en suma, una sobreexcitación que nos mantiene alerta. Si no con los ojos abiertos, sí internamente, a consecuencia de la interrupción de los ritmos circadianos o biológicos, responsables de regular las funciones fisiológicas del organismo.

Su transtorno, además, tiene otras perjudiciales consecuencias. Entre otras, por ejemplo, disparar nuestro apetito, y hacerlo despertando un apetito selectivo, que prefiere, busca y no para hasta encontrar algo de comida rápida, y cuanta más, mejor… Y, yendo más lejos, son numerosos los estudios que han relacionado una mala calidad del sueño y una alimentación de este tipo con un mayor riesgo de mortandad.

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Si ya de por sí las luces que emiten algunos modelos o sonidos (llamada, falta de batería, llegada de un mensaje, etc.) afectan a la calidad del sueño, el simple hecho de consultar cualquier cosa o, por ejemplo, programar el despertador en el mismo ya nos sobreestimula, un flaco favor para poder soñar con los angelitos. En este sentido, si bien los smartphones son los más complejos y menos aconsejables como compañeros de cama, los modelos más sencillos no se libran de este tipo de cuestiones.

¿Es importante apagar el Wifi?

Normalmente, el teléfono móvil se tiene cerca tanto para estar localizados como para recibir correos electrónicos, en cuyo caso también se mantiene encendida la conexión Wifi. Al margen del problema de la hipersensibilidad electromagnética, razón más que de sobra para apagar el Wifi por la noche y, todavía mejor, conectarse únicamente con otros dispositivos a través de cable, las radiaciones emitidas vía Wifi pueden ser perjudiciales para la salud.

Aunque el tema todavía es polémico, y no cesan de surgir estudios con resultados contradictorios, lo cierto es que la tecnología inalámbrica ha despertado serias sospechas. De hecho, hay estudios que relacionan el Wifi con la mala calidad del sueño, la hiperactividad y las cefaleas y también es un hecho que la Organización Mundial de la Salud ha clasificado oficialmente este tipo de radiaciones como posible cancerígeno.

Por aquello de que más vale prevenir, la moraleja está clara. Lo suyo es apaga el móvil y la conexión inalámbrica cuando vayamos a dormir o, de no hacerlo, situemos el móvil bien lejos, a ser posible en otra habitación. Dar las buenas noches a la tecnologías es una interesante manera de dar con la puerta en las narices a la contaminación lumínica, acústica y radiactiva. Nada mal. Tan fácil como apretar un par de botones…

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