El coche más ecológico del mundo está hecho de cáñamo


El cáñamo, una planta ilegal en la mayoría de los países del mundo y que tiene más de 50.000 usos distintos, podría ser la solución ecológica al sector del automóvil. El cáñamo sirve para usos tan diferentes como elaborar ropa o medicinas, como combustible y, también, como material para fabricar coches.

Quizá por eso está prohibido: muchas empresas perderían dinero si se hace legal. Sin ir más lejos, las compañías energéticas o las grandes farmacéuticas. ¿Y la industria del automóvil? En este caso, quizá se podría aprovechar.

El Kestrel es, quizá, el coche más ecológico del mundo. Ha sido diseñado en Canadá por la empresa Motive Industries Inc. En Estados Unidos, cultivar cáñamo está prohibido, pero en Canadá no, siempre que sea cáñamo industrial y que beneficie a la economía y al medio ambiente.

El Kestrel alcanza una velocidad máxima de 90 km/h y ofrece una autonomía de unos 160 kilómetros. Se mueve gracias a un motor eléctrico. Pesa poco más de una tonelada. El precio será asequible y tiene un tamaño para cuatro pasajeros. Se espera que en 2014 comience su producción en cadena.

Ford se planteó construir con cáñamo sus primeros coches

La carrocería, resistente a los impactos, está fabricada completamente con cáñamo. Quizá a muchos os sorprenda que un coche se pueda hacer con cáñamo, pero ya Henry Ford investigó el material para su mítico Modelo T. Incluso se planteó que el cáñamo funcionara como biocombustible.


A partir de esa elección, el sector del automóvil ha sido uno de los que más ha contaminado el planeta y más ha contribuido al cambio climático. ¿No es momento de cambiar?

De hecho, el cáñamo es un material que presenta grandes ventajas: soporta mejor que el acero los choques, ya que es más elástico, y tiene similares propiedades mecánicas al vidrio, siendo más ligero. Si un coche pesa menos, el combustible dura más y produce menos contaminación.

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