Lume es una colección de lámparas hechas con la reutilización de plástico PET. Gracias a su forma y sus texturas y a la decoración que se añade, se genera un bello y original juego de sombras y luz en el ambiente de la habitación donde se ubiquen. Se aprovechan botellas de plástico para diseñar un producto ecológico.
Lume, gracias a su versátil diseño, se puede ubicar en la mesilla de noche o colgar del techo. En cualquier caso, se conseguirá ese juego de sombras y proyecciones de luz. Esta lámpara ecológica ganó un Premio de Diseño Sustentable en la Feria Puro Diseño 2012. La idea es del estudio Wé Diseño, formado por tres diseñadores industriales, María de la Paz Cano, Santiago Rolón e Ignacio Sikora. Pueden comprarse a través de internet en su web.
El diseño anterior está pensado para el hogar, pero también las luces de la calle pueden ser ecológicas. De hecho, en el caso de las farolas que os presentamos a continuación, el respeto por el medio ambiente se une al civismo urbano. Se trata de un concepto que combina las energías renovables con la gestión de residuos.
Farolas que funcionan con basura orgánica
Son las farolas Gaon, que generan la energía necesaria para encender las bombillas a partir de residuos orgánicos. La idea es producir metano mediante la descomposición de los restos de basura que arrojan en una papelera que hay para tal efecto. La basura que tira la gente durante el día sirve para encender la farola toda la noche. Se podrían arrojar los restos orgánicos en estas farolas, evitando así que los camiones de basura tengan que pasar puerta por puerta a por las bolsas.
El sistema requeriría una implicación de los ciudadanos. Pero si esto se consigue, se solucionarían de un plumazo varios problemas medioambientales: luz renovable para la iluminación de las ciudades, aprovechar los desechos de los hogares y ahorro en combustible (y menos contaminación) por no usar camiones de basura.