El aprovechamiento de los recursos que acaban en la basura o en vertederos va avanzando de forma progresiva para poder reutilizar cada vez más sustancias, que se convierten en subproductos. Y es el caso de la piel de pescado. Aunque es habitual que sea un residuo que acaba en la basura, ahora se ha conseguido ponerla en valor y emplearla para otros fines. Y uno de ellos es el textil. Si se puede utilizar la piel de animales y está de moda el print animal, ¿por qué no confeccionar con la piel del pescado? Quizá comience a hablarse del ‘print fish’.
La reutilización
Aprovechar la piel del pescado es una de las líneas de trabajo que se están llevando a cabo en Kenya, en la zona del lago Turkana, prácticamente ya en la frontera con Etiopía.
Una zona en la que buena parte de la población vive de la pesca de la perca del Nilo, que es una especie lacuestre, que llega a crecer hasta dos metros de longitud. Este pescado, que se vende en todo el país, genera el desperdicio de la piel, que hasta ahora se ha venido vendiendo como fertilizante o pienso para animales a un precio bajo.
Sin embargo, se ha empezado a ver en él un subproducto, sobre todo, para el sector de la moda donde el cuero de pescado presenta oportunidades que pueden prosperar y que, además de ahondar en el respeto al medioambiente, es una alternativa para mejorar la situación económica y medios de vida de las poblaciones de estos países.
El material
La piel de esta perca se puede utilizar en el sector textil porque presenta buenas características para ello. Por ejemplo, es un material que es ligero, aparte de tener un gran tamaño por las dimensiones de las percas, lo que permite su utilización como piel.
Además, también se ha comprobado que absorbe bien los colores, lo que a su vez es útil para el sector del textil para poder utilizar esta piel en diversas tonalidades.
Aparte, el proceso, aunque no es fácil del todo, tampoco es difícil. Y es que para convertir la piel de la perca en cuero, se precisa un tratamiento basado en encalado, decolorado, desencalado, rendido, desengrasado y decapado. Tras el proceso de curtido, se puede teñir y darle el acabado deseado o que se precise según el diseño textil.
Artículos relacionados: