La naturaleza se disfruta más y mejor cuando uno se siente dentro de ella, qué duda cabe. Eso, en plan idílico, siempre que la sensación de confort y bienestar no nos falle, lógicamente. Con esta intención se ha llevado a cabo una iniciativa realmente bonita, que juega con el concepto de casa u hotel para convertirlos en unos fascinantes eco refugios.
Están especialmente diseñados para el goce de los sentidos en un entorno natural tan hermoso como es este enclave, Sian Ka’an, un lugar declarado patrimonio mundial de la UNESCO. Pero no solo eso, porque lo suyo es que también todo encaje a nivel ambiental, en cuanto a las fuentes de energía utilizadas, materiales e integración con el paisaje.
Conexión con la naturaleza
Sian Ka’an significa «puerta del cielo», y para que siga siendo un lugar natural privilegiado tiene que preservarse con mucho celo. Localizado en la costa caribeña mexicana, es un entorno protegido que está a punto de cumplir sus dos décadas como Patrimonio de la Humanidad.
En este lugar idílico Arqmov Workshop ha diseñado un espacio eco turístico bautizado con el sugerente nombre de Awakening (Despertar), un proyecto que busca reducir al mínimo el impacto ambiental. ¿Pero, lo consiguen? Se trata de una cuestión muy controvertida, en realidad, puesto que por mucho que se pretenda hacerlo, si el turismo no se mide con cuenta gotas realmente servirá de poco.
Sea como fuere, al menos sobre la mesa, el proyecto resulta muy atractivo y permite soñar con unas vacaciones diferentes, en conexión con la naturaleza, sin que ésta tenga que pagar cara nuestra presencia.
En este lugar maravilloso, en el que la costa (en él se encuentra el segundo arrecife de coral más grande del mundo) y los bosques tropicales se dan la mano, entre manglares, pretende levantarse este proyecto, según sus responsables, con el fin de estimular la introspección para así ayudar a apreciar de la mejor forma la belleza natural de México.
En efecto, se busca crear experiencias únicas sin que ello pase factura al entorno, huyendo de un turismo masivo en el que el ladrillo y la polución sean demoledores para el ecosistema en concreto y para el planeta en general.
Los arquitectos quieren «incentivar una conexión con la naturaleza», un «despertar» único. Para ello, han desarrollado una docena de módulos con habitaciones inspirados en refugios naturales.
Su forma recuerda a los capullos que forman los insectos para su transformación, del mismo modo que se busca ese despertar hacia un «yo regenerado», un nuevo espíritu consecuencia de un hospedaje y alimentación sanos y naturales.
Además de un capullo puede recordarnos a los nidos, madrigueras, conchas, cuevas… todos ellos apuntando en la misma dirección: de nuevo, conexión con la naturaleza. Sin embargo, su construcción intenta ser lo más aérea posible, con el objetivo de reducir el impacto ambiental.
En particular, se busca proteger la flora del lugar, pues muchas de las plantas están en peligro de extinción. Igualmente, se captura agua de lluvia aprovechando la forma de los refugios, luego utilizada para satisfacer las necesidades de agua sanitaria.
De igual manera, las aguas residuales se tratarían de manera que en la naturaleza no acabara ni una gota. Es lo que sus creadores han llamado un «ciclo integral del agua con vertido cero al acuífero».
También se recurre a las fuentes de energías renovables, concretamente a la energía solar y eólica. Por último, se prevé ofrecer gastronomía autóctona saludable con productos orgánicos cultivados también localmente, con lo que se potencia la economía local. Todo tan perfecto, quizá demasiado, aunque todavía es una incógnita saber en qué acabará este proyecto. Buena pinta tiene, desde luego…