Muchas veces no se es consciente de la importancia de reciclar y reutilizar, de manera que la mayoría de los objetos cotidianos, sobre todo los que forman parte de la cesta de la compra, tenga una segunda vida útil a partir de ser depositados en el contenedor específico. Esto se produce porque, en ocasiones, no se conoce bien cómo se recicla o cómo se pueden aprovechar esos residuos. Pero hay siete ejemplos muy claros que sí indican la importancia de reciclar y de que, realmente, es un proceso que funciona.
Los ejemplos
Una de las mejores maneras de comprender la importancia de depositar los envases en los contenedores indicados es hacerlo a través de equivalencias para comprender la importancia y el aprovechamiento que puede tener ese artículo.
Por ejemplo, pocas personas saben que ocho cajas de cereales equivalen al papel de un libro, de manera que se podría evitar la tala de árboles para obtener las hojas sobre las que se imprimiría esa obra literaria.
Siguiendo con ejemplos dentro del mismo sector, también hay otra equivalencia que es muy clara. Y es que seis briks, por ejemplo como los de la leche, permitirían fabricar una caja de zapatos.
En los envases plásticos igualmente hay equivalencias muy interesantes. ¿A qué equivaldrían un total de 40 botellas de PET? Muchas personas no se imaginan la respuesta: un forro polar.
Y, ¿qué sucedería si hacemos la equivalencia con las latas? Se vería que reciclar es beneficioso porque 40 latas de refresco equivalen nada más y nada menos que a una llanta de una bicicleta.
Las latas de las conservas son otro de los productos que pueden tener una segunda vida útil fuera de este primer uso. Los cálculos realizados establecen que alrededor de 500 de estas latas permitirían fabricar una silla.
Son claros ejemplos de la importancia de reciclar los artículos del día a día y que pueden tener otros usos en forma de otros objetivos cotidianos.
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